LA TEOSOFIA

Gabriel Mercau


La teosofía es una secta denominada "grupo social de movimiento internacional"; ellos dicen
ser grupo de origen cristiano esotérico, su fundadora fue Helena Petrovna Blavatsky, y
también la participación de William Quan judge y Steele Olcott. Este movimiento se dio
origen en New York (estados unidos) durante el siglo XVIII exactamente el 17 de noviembre
de 1875. su doctrina se basa en: búsqueda de lo divino al margen de toda ortodoxia.
Reivindica el cultivo de una sabiduría tradicional oculta: gnosis, cábala judía, templarios,
caballería musulmana, cataros, albigenses, pico de la mirándola, rosacruces. También:
· Afirmación de la identidad de macrocosmos y microcosmos.
· Reencarnación.
· Comunicación astral con los espíritus.
· Doctrina de la iluminación interior.
· Igualdad de todas las religiones.
· Tres planos de la realidad: físico, astral, y espiritual.
· Todo procede del uno por emanación no por creación.
· Divisiones: esotérica, exotérica.
· También recibe otros nombres tales como. Ciencia oculta, sabiduría divina, etc. Esta secta se dedica mas específicamente a descubrir sobre el antepasado humano donde explica ¿de donde proviene el hombre?.
· La vida de su creadora esconde algo muy misterioso lo que hace que se dude de esta secta:
·
La Maestra Blavatsky

En 1831 nació la gran Iniciada Helena Petrovna Blavatsky. Esta gran Maestra tuvo una gran misión de divulgación de la Enseñanza Universal. En el año 1875 fundó la Sociedad Teosófica, basada en sus grandes enseñanzas. Viajando por todo el mundo, expandió la Sociedad por todo el planeta. Su gran labor tuvo como objetivo sembrar el anhelo espiritual en un mundo cuyo materialismo empezaba a ir en aumento constantemente, para que todo aquel que quisiera pudiera alcanzar su Auto-realización.
Desvelando algunos pequeños aspectos del Conocimiento, que hasta entonces habían
pasado secretamente, consiguió que miles y miles de personas se interesaran por el estudio de lo espiritual, aunque el estado psicológico y espiritual de la Humanidad ya no era como el de siglos atrás.
En su filosofía, Blavatsky indica la existencia del Karma y la Reencarnación, la Universalidad de las religiones (todas provienen del mismo principio), dio explicación a algunos aspectos esotéricos que todavía no habían sido divulgados públicamente.
La Gran Maestra Iniciada Helena Petrovna Blavatsky .En su obra "la Doctrina Secreta", la Maestra da una inmensa cantidad de información, sólo accesible a los Iniciados hasta entonces. Entre otras muchas cosas, habla sobre la Creación del Universo y la Historia del Planeta Tierra: las razas que ha albergado, la extinción de dichas razas, etc. Relata muchos fragmentos de la vida en la Tierra, hace millones de años. Historias sobre la
Atlántida (documentado con pruebas e indicios claros de su existencia), explicaciones sobre el Génesis, etc. Los espectaculares indicios, las grandes ciudades en ruinas bajo el Atlántico (de ahí su nombre) y demás pruebas evidentes, han sido "hábilmente" escondidos por los seudo científicos actuales, pues el hecho de admitir su existencia implicaría el desmoronamiento de sus rancias teorías acerca de la Evolución, la formación de la Tierra y del Universo, etc. ¿Qué puede saber de todo ello el pobre animal racional con el sólo uso de su pobre intelecto? ¿Qué soberbia encierra toda esa pretenciosa teoría "científica"? Toda esa información que dio la Maestra Blavatsky, aunque no es algo que le sirva a la Humanidad para alcanzar la Liberación, fue un método para encender el anhelo y la inquietud espiritual.
En la proyección del Esoterismo en el mundo actual, no podría obviarse el papel que han desempeñado en el tránsito de su legado las escuelas esotéricas del siglo XIX. Tal vez la herencia ocultista recogida en Occidente no sería la misma sin personajes como madame Blavatsky, cuyo reflejo ha logrado crear ese atavismo en el que se ha gestado gran parte de la crónica mas reciente del mundo esotérico.

Helena Petrovna Hahn Fadéeff veía la luz por primera vez en la víspera del 31 de Julio de 1831 en Ekaterinoslav, al sur de Rusia, en el seno de una pudiente familia aristocrática. Haciendo un ligero esbozo de su vida y milagros, sus biógrafos destacan que durante su bautizo, celebrado bajo el rito ortodoxo, un extraño incidente quiso presagiar ese carácter demoníaco que le atribuirían en vida sus mas acérrimos detractores. Mientras sus padrinos escupían alrededor de ella para alejar a los malos espíritus, la llama de uno de los cirios de la ceremonia acabó por inflamar la casulla del sacerdote lacerándole con graves quemaduras. Creando la confusión, el fuego se propagaría haciendo aflorar el pánico entre los asistentes, algunos de los cuales resultaron gravemente heridos. El halo diabólico que auguraba aquel incidente, parecía confirmarse en su más tierna infancia. Sonámbula desde los cuatro años, se la veía deambular por las estancias de la mansión mientras parecía conversar con las ánimas de familiares difuntos. Con frecuencia, su familia se convertía en testigo de los insólitos fenómenos que se producían en torno a su pequeña hija: muebles que se arrastraban de una habitación a otra, campanas astrales que sonaban a su alrededor y aparatosos fenómenos de carácter mediumnizo que se manifestaban caprichosamente sembrando el pánico en la familia Hahn.Educada, a pesar de su rebeldía, en un ambiente en el que reinaba la más férrea disciplina; Helena abandonó sus estudios a los diecisiete años. Era entonces una traviesa adolescente sin gracia ni encanto en la que solo destacaban sus enormes ojos grises y su repulsiva fealdad. Quizás por esa razón no tuvo mas remedio que contraer matrimonio con el General Nicephore Von Blavatsky (de quien adoptaría su apellido), un viejo militar casi octogenario.
Fuera o no ése el motivo de tan singular enlace, lo que se hizo evidente es que el matrimonio no debió de ser del agrado de la joven Helena, que a los tres meses (algún autor llega aún mas lejos al señalar que este incidente se produjo en la misma noche de bodas), tomó un caballo y abandonó a su vetusto esposo para huir a casa de unos familiares. Temerosa de regresar con "el viejo cuervo" de su marido; embarcaría rumbo a Constantinopla. Comienza así un singular itinerario de viajes que la conducirá por lugares tan exóticos como Egipto, Grecia, Marruecos, América, la India o el Tibet milenario. En la tierra de los faraones conocería a un mago musulmán que, a través del magnetismo de la sugestión, la enseñaría a dilucidar entre el mundo real y el reino de Maya. Igual que la filosofía platónica, la Teosofía establece una frontera entre el mundo ilusorio que percibimos a través de los sentidos o Maya (que en sánscrito significa Ilusión) y el de lo absoluto y verdadero (SAT) análogo al mundo platónico de las ideas. Para atravesar la cortina de Maya y acceder al conocimiento de los mundos superiores, el discípulo debe eliminar de su mente el espejismo del Sakkâyadithi, o "gran herejía" de su propia personalidad, que le induce a percibirse como una entidad independiente ("yo soy yo"), cuando en realidad es una parte inseparable del Todo: "cuando tu alma, al contemplar su imagen en las olas del Espacio, murmura: "Esta soy Yo", puedes decir, oh discípulo, que tu alma está presa en las redes de Maha-Maya (gran ilusión)". ("La Voz del Silencio", Fragmento I).
Pero sería en Londres, durante el verano de 1851, cuando se produciría el acontecimiento crucial que marcaría su destino. Helena se encontraba paseando a la orilla del lago Serpentine en Hyde Park cuando, rodeado de una comitiva de príncipes ataviados con ropas orientales, reconoce a su Maestro: el Mahatma Koot Hoomi, a quien tantas veces había visto en la "luz astral" de sus sueños infantiles. Aquel mismo día, Blavatsky y su Maestro conversaron durante varias horas. Según narraría después a sus discípulos, antes de despedirse, su Mahatma le encomienda la misión de crear una escuela esotérica.
Sin embargo, tanto Coleman como Peter Washington, coinciden en señalar el origen, más imaginario que real de los Maestros Iniciados. Según estos autores, parece más que probable que Blavatsky elaborara el mito de los Mahatmas a partir de los relatos ocultistas del poeta y dramaturgo Sir Bulwer Lytton (1803-1873).
Aunque esta posibilidad sea más que discutible, sí es cierto que madame Blavatsky estaba tan familiarizada con las novelas del célebre escritor inglés como para exprimir en su "Doctrina Secreta" algunas de las claves ocultistas diseminadas en su obra.
En su novela "Zanoni"(1842), Bulwer Lytton introducía la leyenda de los Rosacruces haciendo una breve alusión a la figura de Christian Rosenkreutz, personaje alegórico que, según la leyenda, peregrinó a Oriente para llegar hasta la ciudad simbólica de Damcar, donde un grupo de Iniciados le transmitiría todos los conocimientos de la sabiduría hermética. Inspirándose en este relato, surge una deliciosa fábula que se convertirá en el hilo argumental que hilvane las fantasías de la cosecha teosófica.
Asimismo, en los mensajes que Blavatsky recibía por carta de su Maestro Koot Hoomi, no faltaban explícitas referencias a conceptos literalmente extraídos de la novela "La Raza futura" (1871) de Lord Lytton, cuyo fantástico contenido se interpreta, bajo el prisma teosófico, como
fragmento de la crónica del origen del hombre.
Algo que también parece dudoso es el hecho de que los Maestros Iniciados encomendaran a Blavatsky la creación de la Sociedad Teosófica, concibiéndola como un centro iniciático auspiciado por el gobierno invisible de los Mahatmas.
De su azaroso origen, da buena cuenta uno de sus fundadores, el coronel Henry Steel Olcott. Al parecer, la formación de la Sociedad aconteció de forma improvisada con motivo de una conferencia sobre el antiguo Egipto que tuvo lugar en Septiembre de 1875 en el apartamento de Blavatsky en Nueva York. Fascinados por los enigmas del pasado, los asistentes decidieron que era una buena idea establecer una asociación que se dedicase al estudio de la sabiduría oculta. Casi como el que no quiere la cosa, se nombró un comité de cargos directivos cuya presidencia recayó en la figura del flemático coronel Olcott. Hojeando un diccionario enciclopédico, uno de los asistentes encontró que la palabra teosofía podía ser apropiada para bautizar a la recién creada hermandad. Así fue como, fruto de un indudable arrebato de "inspiración divina", surgió la Sociedad Teosófica.
El objetivo de esta singular cofradía era la de posibilitar en Occidente una vía de acceso a los "Grandes Misterios" a través del discipulado. Sin embargo, tales promesas de Iniciación acabarían por defraudar a más de un adepto. Tal y como reconocía la propia madame Blavatsky algunos años después de inaugurar su escuela esotérica: "Durante los once años de existencia de la Sociedad Teosófica he conocido de cientos de candidatos laicos, solamente a tres que no han fracasado hasta ahora, y solamente uno que alcanzó completo éxito". Y es que, adentrarse en el sendero iniciático de la Teosofía no era un asunto baladí: "Algunos de nuestros chelas (discípulos en sánscrito) -continúa madame Blavatsky- hubieran hecho bien en reflexionar más de una vez antes de arrostrar las pruebas (de iniciación). Recordamos varios deplorables fracasos ocurridos en el último año. En un caso, el aspirante
perdió el juicio retractándose de los nobles sentimientos que acababa de profesar algunos días antes, e ingresando como miembro de una religión cuya falsedad había demostrado con profundo desdén. Otro cometió un abuso de confianza y desapareció con los fondos de su patrón, que también era teósofo. Un tercero se entregó al más desenfrenado libertinaje, confesándolo al gurú que había escogido, con inútiles lágrimas y suspiros. Otro mostró signos de aberración mental y fue acusado ante los tribunales por su vergonzosa conducta. Otro, se levantó la tapa de los sesos. Blavatsky había concebido su Sociedad con la intención de "remediar los evidentes males del cristianismo". Su crítica a la religión católica, y por extensión a toda la tradición judeocristiana, no puede interpretarse tan sólo como una manifestación de oposición frente a la tiranía que encarnaba la figura clerical del siglo XIX. Su rechazo visceral hacia la Iglesia Católica, pudo haber tenido su origen en su participación al lado del movimiento revolucionario de Garibaldi -lo que le permitiría entrar en contacto con la sociedad secreta de los Carbonarios-, que la mantuvieron enfrentada contra los Estados Pontificios durante la lucha por la reunificación italiana.
No conforme con criticar la intransigencia eclesiástica, Blavatsky arremete duramente contra los textos evangélicos tachándolos de ser una "mina de falsedades", en los que no existe "ni un sólo átomo de progreso moral"; y no encontrando en ellos más valor que la de la supuesta
reelaboración de mitos paganos que, por azarosa afinidad con las religiones arcaicas, puede encontrase si se analiza su contenido simbólico. Atreviéndose un poco más, el protagonista de los Evangelios se convierte en un mito que, según ella, "tuvo que ser colocado sobre un fondo oscuro para ganar en brillantez por el contraste". Paradójicamente, su doctrina beatifica el nombre de Satanás; concibiendo a su correligionario Lucifer como único redentor del género humano. Antes de fundar la Sociedad Teosófica, su inspiradora había probado suerte con otros proyectos bien distintos. Influida por la corriente espiritista, que por aquel entonces copaba la atención de la clase burguesa, Blavatsky intentó desarrollar sus teorías en base a la doctrina de Allan Kardec. Prueba de ello fue su intento de crear una organización de corte espiritista en El Cairo, cinco años antes de que se fundase la Sociedad Teosófica. Esta circunstancia le permitiría exhibir durante algún tiempo el portento de sus facultades mediumnizas por media Europa.
Años mas tarde, el dictamen emitido por la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres a través del informe Hodgson, calificaría sus presuntas habilidades paranormales (psicometría, aportes, levitación de objetos, formaciones ectoplasmias) como fraudulentas. "No la consideramos como portavoz de ocultos profetas, ni tampoco como mera y vulgar aventurera; creemos que ha hecho méritos para que se la recuerde permanentemente como una de las mas cumplidas, ingeniosas e interesantes impostoras de la historia".
Como quiera que su éxito de convocatoria comenzaba a flaquear, la misma madame Blavatsky acabaría abandonando el espiritismo, con cuya fenomenología no se mostraría posteriormente favorable. La singular odisea de su periplo iniciático la conduce hasta las herméticas regiones del Himalaya, donde logra acceder a los textos sagrados que se conservan en los antiguos monasterios del Tibet. En aquel mítico lugar, bajo los efectos quizás del hachís, droga de la que madame Blavatsky era fumadora empedernida, se inspiraría para escribir su "Doctrina Secreta"; un voluminoso e indescifrable comentario a una serie de textos que afirmaba haber encontrado escritos sobre hojas de palmera en un templo subterráneo. Del carácter dudosamente diáfano de esta obra da buena cuenta la propia madame Blavatsky al reconocer que, "leyendo la Doctrina Secreta página por página como se lee cualquier libro, sólo se llegará a una confusión".
Celosamente custodiados por los lamas tibetanos de aquel monasterio, se encontraban, según ella, los libros secretos de Kiu-Te. Mas allá de los particularismos religiosos de cada cultura, aquellos antiquísimos textos eran poco menos que los portadores del conocimiento universal que los dioses habían revelado a unos pocos Iniciados, y sobre los cuales se habrían inspirado libros como el Génesis o los Vedas. "No hay religión superior a la Verdad", decía madame Blavatsky con su "Doctrina Secreta" bajo el brazo. La verdad es que, tal y como veremos seguidamente, los dioses no habrían estado muy inspirados cuando dictaron aquellos textos. Sin necesidad de poner en tela de juicio el que la célebre ocultista rusa pusiera un solo pie en el Tibet (tal y como mantienen algunos autores), guiándonos por el sentido común y teniendo en cuenta la misoginia que impera en la tradición de las órdenes monásticas tibetanas, ¿cómo estos monjes permitieron a una mujer occidental el acceso a sus libros más sagrados? Enigmática pregunta para un teósofo.
Por otro lado, y por mucho que les duela a los mas enfervorizados adeptos de Blavatsky, la ocultista no aportó ni una sola evidencia con la que avalar sus afirmaciones. Como prueba de la existencia de estos pliegos arcaicos del saber oculto, Blavatsky cita a un monje italiano perteneciente a la Orden de los Capuchinos, Fraile Francesco Orazio Della Penna (1680-1747). Parece que existe cierta correlación entre los ejemplares de Kiu-Te hallados por madame Blavatsky y unos libros encontrados por el fraile en una de sus misiones por tierras tibetanas. El monje capuchino se pitorrea en sus Memorias del contenido de unos textos sagrados conocidos como los Libros de Kanjur. Aun a pesar de los datos y fuentes citadas por Blavatsky en su vano intento de demostrar la veracidad de sus afirmaciones, la única similitud que parece existir entre los libros de Kanjur citados por Della Pena y los volúmenes de Kiu-Te es el oneroso carácter literario de ambos textos.
En el análisis que realiza de uno de estos volúmenes, titulado "Las Estancias de Dzyan", madame Blavatsky sitúa la antropogénesis del hombre como el resultado de la evolución de varias Razas. Según se desprende de la tradición hermética, la actual oleada de vida humana sería el resultado de una constante cadena evolutiva cuyo origen se pierde en el inicio del Manvantara o gran ciclo cósmico. Hace miles de millones de años, los seres humanos anidaban bajo formas de chispas luminosas de origen divino (monadas), mientras esperaban la oportunidad de poder encarnarse.
Según Blavatsky, en el transcurso de la evolución del género humano, se desarrollan siete Razas que, desde su génesis primigenia hace unos trescientos millones de años, han ido surgiendo a medida que se alcanzaban determinados estadios evolutivos. Dentro del ciclo evolutivo de cada Raza-Raíz, surgen siete sub-razas, una de las cuales será la que se convierta en la siguiente Raza. Por tanto, la aparición de una nueva Raza supondría la conquista de un escalón evolutivo superior.
Siguiendo las Estancias de Dzyan, la génesis de la creación tuvo lugar con la primera manifestación visible del hombre a través de su Primera Raza: los "Chhâyâs", vocablo que en sánscrito significa sombras o espectros. Los Chhâyâs se concibieron a sí mismos por "generación espontánea" durante el período Carbonífero de la era Paleozoica, hace aproximadamente unos trescientos millones de años. Cuando las monadas penetraron en el plano áurico de la Tierra, proyectaron dobles etéricos que se transformaron en las sombras en las que se alojarían las almas de los primeros seres humanos. Asemejándose a enormes células de éter, los Chhâyâs constituían gigantescos entes traslúcidos en estado semigaseoso que alcanzaban una altura de varias decenas de metros. Estas entidades amorfas se formaron en el Polo Norte magnético, que entonces se situaba en la mítica Isla Blanca de Shvetadvipa (o Isla Sagrada Imperecedera), cuyas raíces se sitúan en la actual cordillera del
Himalaya. La Isla Blanca estaba formada por una cadena de montañas que emergieron del océano adoptando la caprichosa forma de una gigantesca y monumental flor de loto de siete pétalos. Esta tierra, se convertiría en el Edén de la mitología cristiana, la Tierra Sagrada en cuyo seno se desarrollarían las grandes razas-madre de la Humanidad.
Los Chhâyâs se reproducían por partenogénesis (igual que los organismos unicelulares), y deambulaban en manadas sobre la desolada faz de la tierra, pues necesitaban recibir la luz del Sol y de la Luna, con cuya energía se alimentaban los éteres de su estructura, aún amorfa y en desarrollo. Poco a poco fueron perfeccionando su estructura vaporosa al condensar sus éteres, convirtiéndolos en caparazones físicos de materia mas densa. Las almas de los Chhâyâs acabaron alojándose en los cuerpos de su propia progenie: los Hiperbóreos. Las criaturas de esta Raza se asentaron en el legendario continente de Hiperbórea, que actualmente comprendería la región del norte de Asia y los países escandinavos, y que por aquel entonces constituían una zona tropical de abundante vegetación. Los Hiperbóreos eran todavía seres etéricos que se reproducían mediante la producción de "esporas". Sus cuerpos exudaban gotas de sudor que, al recibir los rayos solares, adquirían formas prehumanas, de ahí que en la Doctrina Secreta sean llamados como "los Hijos del Sudor". Al hilo del tiempo, esas gotas de sudor comenzaron a solidificarse adoptando la forma de gigantescos huevos. Comienza así a perfilarse el origen de una nueva especie que dará lugar a la Tercera Raza: los Lémures. Estos tuvieron su origen en un enorme continente, cuyas tierras se extendían por gran parte del Océano Pacífico, al que madame Blavatsky denominó Lemurias, término que fue acuñado a mediados del siglo XIX por el naturalista sir P.L.Sclater quien, tras estudiar la distribución de los monos lémures en vastos territorios, supuso la existencia de un antiguo continente que abarcaría la actual Oceanía, algunas zonas de África y la región de Madagascar. Los Lémures constituyen la primera generación de humanoides que poblaron la Tierra. Su inteligencia, todavía en desarrollo, era mas bien instintiva, aunque suficiente como para que desarrollaran un primitivo sistema de comunicación a través de sonidos guturales. Tenían forma de gigantescos primates de unos diez metros de alto; aunque poco a poco, su talla iría menguando para asemejarse a la del hombre actual. Para Blavatsky, este cambio evolutivo se ilustra por analogía con el de otras especies animales, como la que se aprecia en los actuales reptiles, descendientes de los grandes saurios del Mesozoico, Identificados con la leyenda de los cíclopes de la mitología griega, los Lémures poseían un ojo en su frente que, con el tiempo, iría degenerando paulatinamente hasta convertirse en la glándula pineal.
Las primeras sub. razas lémures eran todavía asexuadas, y nacían de secreciones ovíparas, aunque en el transcurso de su evolución, hace unos dieciocho millones de años, se produciría la diferenciación sexual del género humano: "Los animales se separaron los primeros en macho y hembra y empezaron a engendrar. Luego, el hombre, se separó también; y dijo: "Hagamos lo que ellos (los animales); unámonos y hagamos criaturas" Y así lo hicieron" (Estancia VIII, párrafo 31). Del fruto de esta generación surgiría la Cuarta Raza, que habitaría en un hermoso continente que madame Blavatsky identifica con la Atlántida de Platón.
Algunas de las sub. razas inferiores de la Raza Lemur, que acababan de descubrir los placeres del sexo, cometieron el error de mezclarse con los animales. "Y aquellos que carecían de chispa -escribe madame Blavatsky- tomaron para sí enormes animales hembras. Engendraron monstruos, una raza de monstruos encorvados cubiertos de pelo rojo que andaba a gatas" (Estancia VIII, párrafo 34). De este modo, la Teosofía rechaza la teoría evolucionista de Darwin, sosteniendo que el origen de las especies primates procede de formas involucionadas que surgieron en el seno de la Raza Lemur.
La Raza Atlante surgió hace unos nueve millones de años. Esta Raza actualizó el plano kamamanásico que despertó su intelecto racional, lo que les permitió desarrollar numerosos focos civilizatorios, alcanzando un desarrollo científico y técnico nada despreciable. Llegaron a construir sofisticadas máquinas voladoras (identificadas con los enigmáticos discos volantes o Vimanas que aparecen mencionados en los Vedas) propulsadas por motores antigravitatorios a reacción. Hace 200.000 años, un enorme cataclismo sumergió parte del continente atlante, desgajándolo en pequeños islotes coloniales que se extendieron por el océano. El último fragmento de la Atlántida, al que hace referencia Platón en uno de sus diálogos, fue la gran isla de Poseidonis, que se hundió bajo las aguas hace unos 11.500 años.
Continuando el plan evolutivo de los dioses, la Quinta Raza, denominada Aria, surgió casi abortivamente en las regiones del Asia Central, cuando su origen debía de haberse producido en el norte de Europa. Tras largas y penosas migraciones, se asentaron en la cordillera del Himalaya, en una mítica ciudad conocida como Aryavartha (el país de los Arios).
De acuerdo con la antropogénesis teosófica, aún hoy persisten en la Humanidad el reflejo de estas tres últimas Razas; manifestación de los distintos estadios evolutivos en los que se encuentra el género humano. Esto explicaría, según ella, la diferencia entre la capacidad intelectual de las distintas poblaciones del planeta. La población de origen europeo se identificaría con la raza blanca o Aria. Como descendientes de la Tercera Raza, se derivan las tribus africanas y austropolinésicas, mientras que los mongoles y los japoneses serían mutaciones de las primeras sub. razas atlantes. Por contra, los judíos constituirían una raza artificial aria pero degenerada en espiritualidad. La extinción natural de las razas inferiores es, según Blavatsky, una "necesidad kármica". Y si, según la "Doctrina Secreta", la svástica se considera el "martillo de la creación", poco más queda añadir que el lector no haya deducido ya. Las dotes proféticas de madame Blavatsky la adelantaron a su tiempo inspirándola a escribir lo que, años mas tarde, se convertiría en el catecismo esotérico del III Reich. Quedan por desarrollarse, según Blavatsky, la Sexta y la Séptima Raza, cuya génesis preconiza una nueva humanidad que convertirá a los seres humanos en seres superiores: "La Humanidad aún deberá esperar millones de años hasta que llegue el día en que se transforme en una Raza de dioses". En su pretensión de otorgar un carácter medianamente científico a su "Doctrina secreta"; Blavatsky combinó el evolucionismo darviniano, al contemplar el carácter primate de los primeros hombres (los Lémures) y la ontogenia filogenético de Haeckel, asignando un carácter evolutivo a los distintos modos de procreación de las Razas. Al mismo tiempo, no pasa desapercibida la clasificación racial de Linneo, modificada posteriormente por Flower en 1885: las Razas Lemur, Atlante y Aria se corresponden con la taxonomía clásica de las poblaciones etíope, mongoloide y caucasoide respectivamente.
Aderezado con el sugestivo tapiz de revelación iniciática, parece evidente que la originalidad no es precisamente una de las virtudes que puedan destacarse de la obra de Blavatsky. Su amalgama teórica respondió más al contexto histórico y socio-cultural en el que se desarrolló que a pretendidas "verdades absolutas" reveladas por alguno de los Mahatmas del Tibet.
Elevada a los altares del Ocultismo, el cúmulo de fantasías blavatskianas que acompañaron al apostolado teosófico ha acabado convirtiéndose en hoja perenne del esoterismo contemporáneo. Su innegable influencia en las corrientes esotéricas del siglo XX, han convertido a madame Blavatsky en referencia obligada para cualquier estudiante de ocultismo que pretenda echarse faroles manejando con un mínimo de propiedad palabrejas como karma
o dharma.
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Síntesis de la ciencia oculta:


El abismo insuperable entre la mente y la materia, que la ciencia moderna ha descubierto, es el resultado lógico de los métodos actuales de la investigación científica, por decirlo así. Estos métodos son analíticos e hipotéticos, por lo tanto, los resultados alcanzados son absolutamente tentativos e incompletos. Aún cuando la "Filosofía Sintética" de Spencer es, en el mejor de los casos, un intento de comprender el método y el módulo completo de la naturaleza dentro de uno de sus procesos. El propósito consiste en el sintetizar, pero no puede ser definida una filosofía ya que esta sería una mera hipótesis especulativa, la cual es comparable al fisiólogo que estudia la función de la respiración en un ser humano sólo mediante el proceso de la expiración, ignorando el hecho que la inspiración debe completar cada acto espiratorio, si no la respiración cesa.
Por lo tanto, al tomar los hechos de la experiencia derivados de los fenómenos de la naturaleza y considerando los procesos cósmicos y orgánicos simplemente desde sus aspectos objetivos, tendremos siempre "eslabones perdidos," "abismos insuperables" y "vacíos inconcebibles." Pero en el caso del ocultismo, esto no sucede en cuanto la ciencia oculta es experimental y analítica, por lo tanto no reconoce "eslabones perdidos," "abismos insuperables" y "vacíos inconcebibles," porque no encuentra nada de todo esto. Tras de la ciencia oculta, existe una Filosofía completa que incluye todo, la cual no es simplemente sintética en sus métodos, en cuanto aún las hipótesis más extrañas pueden serlo, sino que es la verdadera síntesis. Considera a la naturaleza como un todo completo, por lo tanto, el estudiante de ocultismo puede colocarse en ambos puntos de observación. Desde el punto de vista de la Naturaleza completa, puede seguir el proceso de segregación y diferenciación hasta el átomo más pequeño condicionado en el tiempo y en el espacio, o, desde la manifestación fenomenal del átomo, proseguir hacia arriba, hasta cuando el átomo llega a ser una parte integral del cosmos, involucrado en la armonía universal de la creación. Los científicos modernos pueden hacer lo mismo incidental o empíricamente, mientras el ocultista lo realiza sistemática y habitualmente, por lo tanto filosóficamente. El científico moderno se confiesa con orgullo un agnóstico total. El ocultista es reverentemente y progresivamente un gnóstico.
La ciencia moderna distingue entre la materia "viva" y "muerta," "orgánica" e "inorgánica" y considera la "vida" un simple fenómeno de la materia. La ciencia oculta reconoce "principalmente el postulado según el cual en la naturaleza no existe nada que sea substancias o cuerpos inorgánicos. Las rocas, los minerales y aún los 'átomos' químicos, son simplemente unas unidades orgánicas en profundo letargo. Su pasividad tiene un término y su inercia se transforma en actividad." ("La Doctrina Secreta" Vol. I., Pág. 626, nota). El ocultismo reconoce Una Vida Única Universal que incluye Todo. La ciencia moderna considera la vida como un fenómeno particular de la materia una simple manifestación transitoria debida a las condiciones temporales. Aún la lógica y la analogía debieran ayudarnos más en esto, por la simple razón que la así llamada materia "inorgánica" o "muerta," se convierte constantemente en orgánica y viva, mientras la materia del plano orgánico se trasforma continuamente en inorgánica. ¡Qué concepto racional y justificable es, el suponer que la capacidad o la "potencia" de la vida está latente en la materia!
Los "elementos," los "átomos," y las "moléculas" de la ciencia moderna, en sus partes físicas y metafísicas, aunque hipotéticas, raramente son filosóficas, en cuanto se les consideran simplemente fenomenales. La ley de Avogadro incluía una generalización respecto a la estructura física y al numero. Los recientes experimentos del Prof. Neumann depusieron la misma ley matemáticamente desde los primeros principios de la teoría mecánica de los gases, pero fue el Prof. Crookes quien percibió la necesidad filosófica de un substrato primordial, el protile, para establecer las bases de la Meta química" como indica "La Doctrina Secreta." En otras palabras, una filosofía completa de la física y de la química, que remplazará las simples hipótesis y el empirismo. Si una o dos generalizaciones deducidas como necesidades lógicas o matemáticas, desde los fenómenos de la física y de la química, han sido capaces de revolucionar la química antigua, ¿qué cosa podríamos esperar de una síntesis completa que puede tomar los conceptos universales por medio de una ley que incluye la esfera entera de la materia? Aún el verdadero ocultista ha sido el depositario de este conocimiento desde hace muchos siglos. Visones parciales de esta filosofía han sido suficientes para suscitar en las mentes de Kepler, Cartesio, Leibnitz, Kant, Schopenhauer y al final en el Prof. Crookes, las ideas que atrajeron la interesada atención del mundo científico. Aunque en ciertos puntos, tales escritores se complementan y se apoyan recíprocamente, nunca revelan la síntesis completa, en cuanto nadie de ellos la poseía, a pesar de que siempre ha existido.
"Que el lector tenga presente estas 'Monadas' de Leibnitz, cada una de las cuales es un espejo viviente del universo, en cuanto cada monada refleja la otra, y compare esta idea y definición con algunas stanzas (slokas) en sancrito traducidas por William Jones en las cuales leemos que la fuente creativa de la Mente Divina 'Oculta en un velo espeso de tinieblas, formó espejos de los átomos del mundo y en cada uno de estos reflejó su rostro." ("La Doctrina Secreta" Vol. I. Pág. 623).
Puede ser humillante para la "Ciencia Moderna Exacta" y repugnante para la cristiandad, tener que admitir que los paganos que ellos menosprecian, y las "Escrituras paganas" que siempre han sido ridiculizadas e ignoradas, todavía poseen una base de sabiduría nunca soñada en el mundo occidental. Deben entonces aprender la lección que la Ciencia no se originó en occidente, ni está ahí, así como la superstición y la ignorancia no pertenecen solamente al oriente.
Puede ser fácilmente comprobable que la ciencia y la filosofía antiguas anticiparon hace muchos siglos todo verdadero descubrimiento y adelanto importante. Es verdad que estas antiguas doctrinas han sido expresadas en idiomas y símbolos desconocidos y grabadas en libros inaccesibles hasta un período muy reciente para la mente occidental. Más allá de toda inaccesibilidad, la causa que ha impedido estas verdades antiguas de alcanzar nuestra época, ha sido el prejuicio, el desdén y el desprecio hacia el conocimiento pasado, demostrado por los principales personajes del pensamiento moderno.
Ni hemos aún aprendido la lección que la intolerancia y el desdén nunca son señales de sabiduría o los heraldos del saber en cuanto, salvo unas pocas excepciones, aún hoy toda discusión o reclamo sobre estas antiguas doctrinas, suscita el desprecio y el desdén. Todavía, su historia ha sido delineada y presentada al mundo. Como han observado los autores de "La Doctrina Secreta," la generación actual podrá no aceptar ampliamente tales enseñanzas, que se conocerán y se apreciarán en el siglo veinte.El pensamiento moderno, a causa de la tendencia materialista, no aprecia el propósito y la importancia de esta filosofía. No se cree que aún sea posible una ciencia metafísica y una filosofía científica completas, por lo tanto la sabiduría antigua, por ser tan vasta, no ha sido reconocida en nuestra época. No podemos percatarnos de que los autores de la sabiduría antigua hayan hablado de al menos dos planos de la experiencia consciente que transciende nuestra diaria "percepción sensoria", aún cuando es una realidad, y ¿por qué tal revelación debería chocar o asombrar al moderno defensor de la evolución? Justifica simplemente sus hipótesis y amplía su campo de acción. ¿Es por qué los custodios actuales de este antiguo saber no se preocupan por ser reconocidos en la bolsa y no compiten en los centros comerciales mundiales? Si el resultado práctico de tal competencia necesitaba una ilustración, podemos tomar como ejemplo al señor Keely.
Los descubrimientos de nuestra época ya adelantan de muchos siglos su cultura ética y el conocimiento que debería entregar un poder superior a unos pocos individuos, cuyos valores éticos son inferiores, más bien que superiores a los de las masas ignorantes que sufren, conducirán solamente a la anarquía y aumentarán la opresión. En estos planos de conciencia superior, la ley del progreso es absoluta, el conocimiento y el poder se dan la mano para beneficiar al ser humano, no sólo a los poseedores individuales de la sabiduría, sino a la raza humana completa. Los custodios del conocimiento superior son por motivación y desarrollo los depositarios de lo divino. Estas son las condiciones de la conciencia superior a las cuales nos hemos referido. Por lo tanto, la síntesis de la ciencia oculta se convierte en la síntesis superior de las facultades humanas. ¿Qué importa si el ignorante ridiculiza su existencia, tratándola con desdén y menospreciándola? Los que conocen su existencia y han aprendido algo sobre el propósito y la naturaleza de la síntesis de la ciencia oculta, pueden en su turno sonreír por cuanto tienen piedad y sienten dolor en ver la voluntaria esclavitud a la ignorancia y la infelicidad que ridiculizan la instrucción y cierran sus ojos a las verdades más claras de la experiencia.
Abandonando momentáneamente el campo de la física y de la cosmogénesis, podría ser positivo considerar algunas aplicaciones de estas doctrinas en las funciones y en la vida del ser humano.
(Las citaciones siguientes provienen de "La Doctrina Secreta" y de otras obras de H.P. Blavatsky.)
"En realidad, según la enseñanza oculta, todo lo que cambia es orgánico, contiene el principio vital y tiene la potencialidad entera de las vidas superiores. Por lo tanto, al admitir que todo lo que existe en la naturaleza es un aspecto del elemento único y la vida es universal ¿como es posible que exista un átomo inorgánico?" El ser humano es un animal perfeccionado, pero antes de alcanzar la perfección, aún en el plan animal, la luz del nivel superior debe haber empezado a resplandecer en él. Sólo el animal perfecto puede cruzar el umbral del plano superior siguiente, o humano, y mientras esto acontece, sobre él brillará el rayo del plano suprahumano. Por lo tanto, como el alba de la humanidad ilumina el plano animal, y como estrella guía atrae la Monada hacia una conciencia superior, así la aurora de la divinidad ilumina el plano humano, atrayendo a la monada hacia el plano de conciencia supra-humano. Éste es simplemente el aspecto filosófico y metafísico de la ley de la evolución. El ser humano no posee un principio más que el insecto más pequeño, él es sin embargo, "el vehículo de una Monada totalmente desarrollada y auto consciente que sigue intencionalmente su línea de progreso, mientras que en el caso del insecto y del animal más evolucionado, la tríada superior de los principios está absolutamente dormida." Por lo tanto, la Monada original contiene la potencialidad de la divinidad. Desde luego, es claramente incorrecto llamar eso proceso de pensamiento una "Filosofía Sintética" que considera solo los fenómenos, terminando entonces con la materia en el plano físico. Estas dos generalizaciones de la filosofía oculta, según las cuales cada átomo tiene la potencialidad de la vida, y todo insecto y animal posee las potencialidades de los planos superiores, aunque estos poderes estén dormidos, añade a la teoría evolutiva de Spencer precisamente el elemento que le falta, o sea el aspecto metafísico y filosófico, que permite a la teoría llegar a ser sintética.
Lo Monada es entonces esencial y potencialmente la misma en el organismo vegetal inferior a través de toda forma y grado de vida animal, hasta al ser humano y más allá. Acontece un despliegue natural de sus potencialidades desde "Monera" hasta el ser humano, aunque existen dos planos de conciencia, el sexto y el séptimo sentidos, que la humanidad común no ha desarrollado todavía. Cada monada es contenida en una forma y limitada por la materia, llega a ser consciente en su plano y en su nivel. Por lo tanto, la conciencia, como la sensitividad, pertenece a las plantas y a los animales. La autoconciencia pertenece al ser humano porque mientras está encarnado en una forma, la tríada superior de los principios, Atma-Buddhi-Manas, no es más latente, sino activa, aunque esta actividad está lejos de ser totalmente desarrollada. Cuando tal actividad se ha desarrollado completamente, el ser humano habrá llegado a ser consciente en un plano aún superior. Estará dotado del sexto sentido mientras el séptimo estará por abrirse, entonces se habrá convertido en un "dios" en el sentido que Platón y sus seguidores daban a dicho término.
La filosofía oculta, al entregar este sentido más amplio y completo a la ley de la evolución, elimina totalmente los "eslabones perdidos" de la ciencia moderna e, impartiendo al ser humano una visión parcial de su naturaleza y destino, no sólo indica la línea de la evolución superior, sino que lo dota de los medios para conseguirla.
Los "átomos" y las "monadas" de la Doctrina Secreta, son muy diferentes de los átomos y de las moléculas de la ciencia moderna, según la cual son simplemente partículas de materia dotadas de una fuerza ciega, mientras la Doctrina Secreta las considera como "nucleolos obscuros" y "Dioses" potenciales, conscientes e inteligentes desde su primera encarnación al principio de la diferenciación durante la alba del Manvantara. Entre el "orgánico" y el "inorgánico," la materia "viva" y "muerta," no existen más líneas concretas. Cada átomo está dotado y activado por la inteligencia y está consciente en su nivel y en su plano de desarrollo. Este es un vislumbre de la Vida Única que:
Se extiende por todo tiempo y lado.
Vive sin ser dividida y obra sin consumirse.
Podemos decir que el "Ego" en el ser humano, es una monada que ha acumulado innumerables experiencias durante tiempos inmemorables, desplegando lentamente sus potencias latentes a través de una sucesión de planos materiales. Por eso se le llama el "eterno peregrino."
El principio manásico o mental, es cósmico y universal. Es el creador de toda forma y la base de cada ley en la naturaleza. No podemos decir lo mismo de la conciencia, en cuanto es una condición de la monada como resultado de su encarnación en la materia y su estancia en una forma física. La autoconciencia, que mirada desde el plano animal hacia arriba, parece el principio de la perfección, mirada desde el plano divino hacia a bajo, es la perfección del egoísmo y la maldición de la separación. Es el "mundo de la ilusión" que el ser humano se ha creado. "Maya es la facultad perceptiva de todo Ego que se considera una Unidad separada e independiente del Sat, o 'esencia del ser' Único, Infinito y Eterno." "El "peregrino eterno," debe desde luego proseguir siempre más arriba y abandonar el plano de autoconciencia que tanto le costó alcanzar.
Un conjunto de innumerables "Vidas" constituye la compleja estructura que llamamos "Ser Humano." La esencia de la Vida Única no solo llena toda célula microscópica que compone los tejidos, sino que las moléculas y los átomos que forman estas células. Cada célula orgánica, así llamada, tiene su núcleo, un centro de materia más sutil y sensitiva. Los procesos nutritivos, constructivos y funcionales consisten en un flujo y en un reflujo, en inspiración y expiración, a y hacia el núcleo.
Por lo tanto el núcleo es, según su nivel y tipo, una "monada" encarcelada en una "forma." Sin embargo, toda célula microscópica tiene su propia conciencia e inteligencia, por lo tanto, el ser humano está compuesto de innumerables "vidas". Ésta es simplemente síntesis fisiológica deducida lógicamente de los hechos de la fisiología e histología y aún de la secuencia lógica de la filosofía del ocultismo. La salud general del cuerpo, depende en la integridad de todas sus partes y especialmente en la armoniosa asociación y cooperación entre ellas. Un tejido enfermo implica que un conjunto de células individuales no quieren cooperar, engendrando en este tejido una acción discordante, usando o pidiendo más de lo que se debe en alimento y energía. La enfermedad en el tejido del cuerpo humano, indica exactamente el "pecado de separación." Además, las células se agrupan según el principio de las jerarquías. Los grupos más pequeños están sujetos a los conjuntos mayores, que a su turno están subordinados a aquellos más amplios o al conjunto total. Por lo tanto, toda célula representa y resume al ser humano, el cual es una copia del Universo. Como hemos ya observado, el "Eterno Peregrino," el Alter Ego en el ser humano, es una monada que progresa durante las edades. El ego, por derecho y dotes propios, es el rey en el plano de la vida corpórea del ser humano. Descendió en la materia en el proceso cósmico hasta que alcanzó el reino mineral, luego empezó a ascender por los "tres reinos" hasta que llegó al plano humano. Los elementos de su ser, análogamente a las células y a las moléculas del cuerpo humano, son conjuntos de estructuras accesorias o subordinadas al ego. Por lo tanto, la monada humana o Ego, es afín a todo lo que es inferior a ésta y es la heredera de todo lo que le es superior, ligada por lazos indisolubles al espíritu y a la materia, "Dios" y "Naturaleza." Los atributos que acumula, y las facultades que desarrolla, son simplemente las potencialidades latentes y dormidas que se despiertan a la vida consciente. Las células de los tejidos, constituyen la estructura corporal, mientras el orden en el cual se disponen, el principio en que se juntan, que constituye la forma humana, no es simplemente una forma desarrollada desde el plano animal inferior, sino la involución de un principio proveniente de un plano superior, un mundo mayor, o sea los "Pitris Lunares." "El Mono Hanuman" antecede en muchos milenios al "eslabón perdido" de Darwin. Al mismo tiempo, el elemento Manásico o mental, con sus potencialidades cósmicas e infinitas, no es simplemente el "instinto" desarrollado del animal. La Mente es la potencialidad latente o activa de la Ideación Cósmica, la esencia de toda forma, la base de toda ley, la potencia de todo principio en el universo. El pensamiento humano es la reproducción en la esfera de la conciencia humana, de estas formas, leyes y principios. Por lo tanto, el individuo percibe y comprende la naturaleza mientras se desarrolla en él. Sin embargo, cuando la Monada ha pasado por la forma del ego animal, envolviendo y desplegando la forma humana, la tríada superior de los principios, se despierta de su descanso de las épocas, iluminada por los "Manasa-putras," e incluida en la esencia y substancia de ellos. ¿Como podría el ser humano representar al cosmos si este no lo tocara en cada punto, y no fuese involucrado en cada principio? Si el ser del hombre está tejido en la tela del destino, sus potencias y posibilidades asumirán la divinidad como los hilos y los diseños de su vida ilimitada. ¿Por qué debería encontrarse fatigado o descorazonado? ¿Por qué debería degradarse, este heredero de toda cosa? "La particularidad de esta teología y su trascendencia, consiste en el hecho que no considera al Dios superior como el principio de los seres, sino como el principio de los principios, o sea de las procesiones divinas de sí mismo, que están todas implantadas en los insondables abismos de la fuente inmensamente grande de su existencia, y podríamos definirlas como sus ramificaciones súper sensoriales y flores súper luminosas."
Siempre ha parecido extraño que en teosofía y en ocultismo, no existen dogmas ni credos. ¿Es la teosofía una religión? No, es la religión. ¿Es una filosofía? No, es la filosofía. ¿Es una ciencia? No, es la ciencia. Si es posible tener un consenso de religión, filosofía y ciencia, y si nunca se realizó en el pensamiento humano, este último debe haber transcendido desde hace mucho tiempo los confines de todo credo y cesado de dogmatizar. Por eso es difícil contestar a las preguntas. Ninguna proposición permanece separada o puede ser interpretada separadamente sin limitar y distorsionar su sentido. Debemos considerar cada declaración subordinada a la completa síntesis. Las personas verdaderamente inteligentes, capaces de razonar correctamente, muy a menudo carecen de un interés suficiente para esforzarse aprender la universalidad de estos principios. Si tienen el mínimo interés en el tema, esperan que se les explique todo en una conversación de una hora o que aprenderán de un artículo en el periódico todo lo que concierne al ser humano, a la naturaleza y a la divinidad y sólo entonces deciden si rechazar estas ideas o incluirlas en sus credos anteriores. Estas personas no son más sabias que los escritores mediocres que analizan ciertos puntos ridiculizándolos y trasformándolos en blancos para su sarcasmo, imaginándose al fin que han demolido la estructura entera Si estos individuos se percataran de su locura, se quedarían asombrados. El pensador más profundo, y la persona dotada de un razonamiento muy correcto, podrían dedicar una vida entera aprendiendo la filosofía del ocultismo y otras existencias, intentando dominar los detalles científicos, mientras que al mismo tiempo, su ética y su vida religiosa se armonizan con el principio altruista y de la hermandad humana. Si consideramos esta tarea demasiado difícil, es sin embargo la línea de la evolución humana superior que, a la larga, toda alma deberá seguir, retroceder o cesar su existencia.
El ser humano es simplemente un eslabón en una cadena infinita de seres, una secuencia de un pasado eterno de causas y procesos, una potencialidad nacida en el tiempo, que se extiende sobre dos eternidades, su pasado, su futuro y en su conciencia son todos una cosa única, la Duración, el omnipresente. En un artículo anterior, mostramos que el ser humano era un conjunto de "Vidas" casi innumerables, mostrando además que estas entidades vivientes llamadas células, se asociaban de acuerdo al principio jerárquico, reuniéndose según el nivel, el orden, el servicio y el desarrollo. Expusimos que todo esto era la "síntesis física" y orgánica del ser humano, mostrando que la enfermedad era el "pecado del estado de separación" nutritivo orgánico o fisiológico. Además, mostramos que cada esfera del ser individual, cada órgano y célula de su cuerpo, poseía también su propia conciencia e inteligencia subordinada al entero. 

Por lo que concierne a la salud, toda acción es sincrónica y rítmica por variada, extensa, intensa y completa que sea. La física moderna ha alcanzado un conocimiento suficiente para justificar todas estas declaraciones por lo menos analógicamente. El principio de la inducción y de la vibración eléctrica, la transmisión de la vibración cuantitativa y cualitativa, su exacta registración y aplicación en la telegrafía, el teléfono y el fonógrafo, han volcado toda teoría anterior física y fisiológica. Por ejemplo, una plancha metálica ¿puede hablar como un ser humano? ¿Sí o No? Según Bouillard, que no era un hombre común, era imposible, en cuanto aceptar tal hecho implicaba volcar todas nuestras nociones fisiológicas. Estas fueron las palabras que Bouillard dijo en frente de la Academia acerca del fonógrafo de Edison, acusando de ventriloquia el desafortunado interprete del famoso inventor americano. (Doc. J. Oehorowicz, "La Sugestión Mental" Pág. 291).

Según la enseñanza oculta, el Ego precede y sobrevive al cuerpo físico. No es posible explicar de otra manera los fenómenos de la vida del ser humano y el proceso de su pensamiento. La fisiología moderna enseña algunos hechos acerca de la vida humana detalladamente. Además, los reúne y deduce ciertos principios y leyes, pero muy raramente se intenta emprender la síntesis del ser humano completo. La "sicología" es simple empirismo representado por hechos separados, escasamente comprendidos y muy a menudo interpretados erróneamente.
Si preguntamos al fisiólogo moderno si el ser humano puede pensar cuando está inconsciente, y si puede estar consciente y no pensar, contestará negativamente. Su respuesta se basará en lo que conocemos o suponemos conocer a cerca de la memoria. Raramente el fisiólogo moderno comprende la idea según la cual el verdadero ser humano, el Ego, está siempre consciente en algún plano y "piensa," en el sentido común, en términos de extensión y duración, o espacio y tiempo, solo en el plano inferior por medio del cerebro físico. Pero los abismos en fisiología y en sicología empiezan a desaparecer al comprender la idea que el Ego es el verdadero ser humano y mora en el cuerpo físico, usándolo como instrumento que lo relaciona al espacio, al tiempo, a la percepción, a la sensación, al pensamiento y al sentimiento. Aún en este caso, debemos tener particularmente presente que tenemos que considerar esta doctrina del ego con la luz de la completa síntesis del ocultismo. El sentido del Ego aparecerá más claro, mientras hagamos esto de manera inteligente.
Por lo tanto, el compendio breve y conciso de la filosofía del ocultismo expuesto en la Introducción de "La Doctrina Secreta," es muy significativo y el estudiante que desee aprender el contenido de los dos volúmenes, debe estudiar este bosquejo con mucha atención. Ninguna proposición subsiguiente, ningún principio de la vida humana puede separarse de este resumen para comprenderse correctamente. El tema que sigue es necesariamente fragmentario, pero el compendio es inclusivo y filosófico y si un individuo razona lógicamente y sigue las analogías más evidentes, nunca podrá perderse. Este compendio define claramente, aunque no en todos sus detalles, sino que en un modo filosófico que debe ser solucionado en la razón y la vida, la relación entre la mente y el cerebro, el pensamiento y la conciencia, la vida y la materia, el ser humano, la naturaleza y la divinidad. La vida que llena todo, los movimientos cíclicos y periódicos, los períodos de acción y de descanso, las relaciones íntimas de mutua dependencia entre todas las cosas, son pertinentes al cosmos como también a cada átomo en su amplio abrazo.
Los estudiantes, a veces se quejan de la dificultad para comprender el tema en cuanto es amplio, profundo, intrincado y oscuro. Esto sucede porque no se percatan de lo que han emprendido. El ocultismo no puede enseñarse ni aprenderse en "pocas lecciones simples." Las "lecciones objetivas" que a veces H.P.B. impartía, eran casi siempre mal comprendidas y aplicadas erróneamente, muy a menudo suscitaban solamente la curiosidad vulgar y el abuso personal, en vez de su atención y estudio. Si Antes del adviento de la Sociedad Teosófica, hubiese sido propuesto en la cara de los credos cristianos, del materialismo científico, de la indeferencia arrogante agnóstica y de la babel del espiritismo, reconstruir completamente desde las bases nuestro conocimiento sobre la naturaleza y el ser humano, de mostrar la unidad y las bases de las religiones mundiales, de eliminar del campo científico los "eslabones perdidos," de convertir el agnosticismo en gnosticismo, de colocar la ciencia de la sicología, la naturaleza y las leyes mentales y del alma sobre y contra el "mediumismo," esta tarea hubiera sido considerada como un trabajo hercúleo e imposible de realizar. Ahora que este plano ha sido virtualmente cumplido y el conjunto de conocimiento presentado al mundo, las personas encuentran extraña su incapacidad de comprenderlo completamente, como se dice que el poeta Burns escribió algunos de sus poemas más breves "estando parado en un solo pie."
Además, la gente se queja de que los términos empleados son muy poco familiares y que las palabras importadas de otros idiomas son raras. Aún si un individuo emprendiera el estudio de la física, de la química, de la música o de la medicina, debería encarar los mismos grandes obstáculos. ¿Es extraño entonces, que la ciencia que las incluye a todas, intentando ofrecer una síntesis de la esfera entera de la naturaleza y de la vida, tuviera su propia nomenclatura?
Más allá de estos obstáculos necesarios y naturales, existe otro, el espíritu contencioso que se opone y critica cada punto, antes que sea claramente declarado y comprendido. Supongamos que una persona completamente ignorante en matemáticas se comportase en la misma manera diciendo: "No me gusta esta proposición, no veo el motivo de volcar un seis para hacer el nueve. ¿Por qué dos más dos no es cinco?" A un tal individuo ¿cuanto tiempo le llevaría para aprender matemáticas? En el estudio de la Doctrina Secreta, no es una cuestión de simpatía o de antipatía, de creer o de no creer, sino que sólo de inteligencia y comprensión. El individuo que reconoce su ignorancia, pero aún no quiere abandonar sus simpatías y antipatías, sus credos y dogmas por un cierto período, para comprender lo que se le presenta en luz propia, basado exclusivamente sobre sus meritos, no necesita y no ocupa la Doctrina Secreta. Aún en el caso de que acepte o "crea" en un número mayor de proposiciones, al rechazar algunas, perdemos de vista la síntesis del todo. Según ciertas personas, todo esto es una excusa para infundir en la gente la creencia ciega, intentando atar la mente y la conciencia humana a una aceptación ciega de estas doctrinas. Sólo un individuo ignorante o deshonesto puede expresar tal declaración en frente de la realidad de los hechos. Leed la hoja xix de la Introducción de "La Doctrina Secreta": "La cosa más importante a tener presente es que ningún libro teosófico adquiere un valor mayor porque proviene de alguna supuesta autoridad." Si esta frase defiende la creencia ciega, que los enemigos de la Sociedad Teosófica hagan lo que puedan. Si "La Doctrina Secreta" tiene cualquier autoridad, debemos buscarla en el interior y no en el exterior. Debe basarse en su capacidad de ser inclusiva, completa, continua y razonable o sea basarse en su síntesis filosófica, una cosa que los superficiales, los arrogantes, los indolentes, los supersticiosos y los dogmáticos no percatan.
En los artículos precedentes, necesariamente breves y fragmentarios, han expresado algunos puntos para demostrar la relación entre la Doctrina Secreta y todo problema en la naturaleza y en la vida.
La síntesis es la verdadera esencia de la filosofía, "la combinación de elementos separados en un todo único" y es el opuesto del análisis que es la verdadera esencia de la ciencia.
El artículo de C.J. "El Compendio de la Doctrina Secreta," impreso en las hojas del "Lucifer," aclara esta filosofía o síntesis del todo.
Se ha filosofado mucho en estas épocas modernas, pero puede haber solo una filosofía, una síntesis del todo de la naturaleza eterna. Antes de "La Doctrina Secreta" de H.P.Blavatsky y excluyendo los escritos de Platón, en la época moderna nadie había presentado al mundo occidental, alguna aproximación a una filosofía completa. Las escrituras de Platón están atentamente veladas en el idioma simbólico de la iniciación. "La Doctrina Secreta," que aparece casi después de dos mil años en una época definidamente científica, se dirige al pensamiento científico actual, considerando entonces el tema completamente desde el punto de vista de la ciencia. Nuestra épocas, carece en conocimiento filosófico como la edad de Platón carecía en conocimiento científico. Por lo tanto, mientras la Doctrina Secreta incluye la filosofía y la ciencia, dirigiéndose al pensamiento de la época, debe reconocer aquí como sucede en otro sitio, la ley de los ciclos que gobierna el desarrollo intelectual de una raza, las revoluciones de los soles y de los mundos, y debe considerar los períodos desde el plano de pensamiento ascendente. A causa del hecho que el pensamiento analítico se encuentra en una fase ascendente, siendo la forma del pensamiento de esta edad, la mayoría de los lectores pasarán por alto la amplia síntesis, sin entonces percatarse de la filosofía de "La Doctrina Secreta." El único propósito de estos artículos breves y fragmentarios, consiste en llamar la atención sobre este punto.
Nos encontramos en un período de transición y al acercarnos al siglo veinte habrá un renacimiento de la filosofía genuina y "La Doctrina Secreta" será la base de la "Nueva Filosofía." Ya hoy, algunos científicos adelantados como Keely, Crookes, Lodge, Richardson y muchos más, se mueven tan cerca de las márgenes de la filosofía oculta, que será imposible impedir a la nueva edad entrar en esa esfera. "La Doctrina Secreta" de H.P. Blavatsky, es una mina de hechos científicos, aunque este no es su valor principal. Estos hechos se han colocado, por lo menos aproximadamente, en tal relación con la síntesis o la filosofía del ocultismo, simplificando la tarea del estudiante que busca el verdadero conocimiento, adelantando así su progreso más allá de toda preconcepción, si quiere aprender seriamente y es inteligente. En ningún otro libro escrito en inglés la ley de la evolución está tan sondeada. Nos recuerda el incesante tono bajo del mar profundo y parece considerar nuestra tierra en todos sus cambios "desde el nacimiento del tiempo hasta el día del juicio." Sigue al ser humano en su evolución triple: física, mental y espiritual por el círculo perfecto de su vida ilimitada. Il Darwinismo ha alcanzado su límite y ahora está retrocediendo. El ser humano se ha verdaderamente desarrollado desde formas inferiores, pero ¿de cual ser humano estamos hablando? ¿El físico? ¿El psíquico? ¿El intelectual? ¿O el espiritual? "La Doctrina Secreta" indica donde las líneas de la evolución e involución se encuentran, donde la materia y el espíritu se dan la mano y donde el animal ascendiendo, se encuentra directamente con el dios caído, en cuanto toda naturaleza se mezcla y se junta en el ser humano.
No juzguéis ninguna proposición de "La Doctrina Secreta" separada del resto, en cuanto ninguna lo está. Aquí no existe "independencia" mayor de la que hay en las unidades que constituyen la humanidad. En todo sitio existe interdependencia, tanto en la naturaleza como en la vida.
Aún los miembros de la Sociedad Teosófica se han preguntado muy a menudo porque H.P.B. y otros individuos bien conocidos en la Sociedad, ponen mucho énfasis en las doctrinas del karma y de la reencarnación. No depende únicamente del hecho que estas doctrinas son fácilmente comprensibles y positivas para los seres humanos y proveen una base ética firme para nuestra conducta, sino que son las verdaderas notas claves de la evolución superior del ser humano. Sin el karma y la reencarnación, la evolución es simplemente un fragmento, un proceso cuyos principios ignoramos y cuyo resultado no podemos discernir, una visión fugaz de lo que podría ser, una esperanza de lo que debería ser. Pero considerando la evolución desde el punto de vista del karma y de la reencarnación, llega a ser la lógica de lo que debe ser. Por lo tanto, en la cadena del ser no hay eslabones perdidos, y los círculos de la razón y de la vida están completos. El karma presenta la ley eterna de la acción, mientras la reencarnación ofrece el campo ilimitado por su aplicación. Muchísimas personas pueden comprender estos dos principios y ponerlos en práctica como base de su comportamiento, tejiéndolos como componentes de sus existencias, aunque no comprendan la síntesis total de tal evolución infinita en la cual estas doctrinas desempeñan un papel muy importante. Por lo tanto, ofrecen aún al pensador superficial, débil e ilógico, una base ética perfecta y una guía infalible. La Teosofía está trabajando hacia la futura realización de la Hermandad Universal y la evolución superior del ser humano. Pero sólo pocos se percatarán del trabajo emprendido y lo que se ha ya conseguido. La oposición ejercida hacia el karma y la reencarnación, demuestra claramente la oscuridad de la época actual concerniente al pensamiento filosófico genuino. En estos diecisiete años de vida del Movimiento Teosófico, ninguna fuente ha intentado desacreditar de manera lógica y seria estas doctrinas desde un punto de vista filosófico. Han sido negadas, ridiculizadas y denunciadas, pero no filosóficamente, en cuanto desde el principio, el karma y la reencarnación, han sido presentados y apoyados desde el plano lógico e imparcial de la filosofía. Al ridículo no podemos responder y tampoco vale la pena, en cuanto no es una discusión, sino la atmósfera de las mentes débiles, fruto del prejuicio y de la ignorancia.
Por lo tanto, la síntesis del ocultismo es la filosofía de la Naturaleza y de la Vida, la verdad completa y libre que incluye todo hecho científico desde el punto de vista de los procesos infalibles de la Naturaleza Eterna.
Llegará el momento en que los pensadores realmente adelantados de la edad, apartarán su indiferencia, burla y orgullo para seguir las líneas presentadas en "La Doctrina Secreta." Todavía, sólo pocos parecen percatarse de cuán amplias son estas fuentes en cuanto involucran un proceso de pensamiento casi desconocido a nuestra época empírica e inductiva. Es una revelación proveniente de las edades arcaicas, indestrozable y eterna, aunque sea posible obscurecerla y perderla, pero al mismo tiempo puede renacer, o reencarnarse como sucede con el ser humano.
La Religión - Sabiduría, ha existido desde tiempo inmemorial. Nos ofrece una teoría de la naturaleza y de la vida que está fundada en los conocimientos adquiridos por los Sabios del pasado, especialmente aquellos del Oriente; y sus estudiantes más avanzados sostienen que este conocimiento no es imaginado ni es inferido, sino que es un conocimiento de hechos vistos y conocidos por aquellos que están dispuestos a cumplir con las condiciones requeridas para verlo y conocerlo.

La Teosofía, significa conocimiento de o acerca de Dios (no en el mismo sentido de un Dios personal antropomórfico, sino en esa sabiduría divina), el término "Dios" es aceptado universalmente como incluyendo todo lo existente, lo conocido y lo desconocido, de allí que la Teosofía debe significar sabiduría respecto al Absoluto; y puesto que el absoluto no tiene principio ni fin, esta sabiduría debe de haber existido siempre. Por lo tanto a la Teosofía se le llama a veces la Religión - Sabiduría porque desde tiempo inmemorial ha sido el conocimiento de todas las leyes que rigen en lo espiritual, lo moral y lo material.


La teoría que ofrece para explicar la naturaleza y la vida no ha sido formulada especulativamente y después probada ajustando hechos o forzando conclusiones, sino que es una solución del problema de la existencia, cósmica e individual, resultante del conocimiento obtenido por quienes han adquirido el poder de ver a través del velo con que la naturaleza oculta sus operaciones a la mente ordinaria. Tales Seres son llamados Sabios, usando el término en su más alto sentido. En estos últimos años han sido llamados Mahatmas y Adeptos. En los tiempos antiguos eran llamados Rishis y Maharishis - la última es una palabra que significa Gran Rishis.
No pretendemos decir que estos seres elevados, o Sabios, sólo han existido en el Oriente. Se sabe que han vivido en todas partes del globo, en obediencia a las leyes cíclicas que se hablará más tarde. Por lo que concierne al desarrollo actual de la raza humana en este planeta, se sabe que se encuentran ahora en Oriente, aunque en verdad puede ser que en tiempos remotos algunos de ellos hayan, llegado desde las costas americanas.
Habiendo por necesidad varios grados entre los estudiantes de esa Religión - Sabiduría, es claro que los que pertenecen a los grados menores sólo pueden comunicar los conocimientos que corresponden a su grado, y que dependen, aun hasta cierto punto, para más información de los estudiantes más avanzados. De estos estudiantes superiores es de quienes se dice, que lo que saben no es cuestión de meras inferencias sino que se relaciona con realidades vistas y conocidas por ellos. Algunos de ellos están en contacto con la Sociedad Teosófica, y sin embargo, están muy por encima de ella. El poder de ver y absolutamente conocer tales leyes está rodeado por regulaciones inherentes cuales deben ser obedecidas como condiciones preeliminarías; y por lo tanto, no es posible satisfacer las preguntas y las demandas del hombre de mundo que pide una explicación inmediata de esta sabiduría, puesto que no es posible que él la comprenda hasta que él cumpla las condiciones. Como esta sabiduría trata de leyes, y estados de materia, y de modos de entender no soñados por el "práctico" mundo Occidental, sólo queda aprenderse poco a poco, a medida que el estudiante avanza en la tarea de demoler una a una las ideas falsas y preconcebidas que son debidas a teorías erróneas o incompletas. Estos estudiantes superiores nos dicen que especialmente en el mundo Occidental, ha prevalecido por muchos siglos un método de razonar falso, que ha resultado en un hábito universal de la mente que hace tomar los efectos por causas, y mirar lo que es real como ilusorio, mientras que trasponen a lo ilusorio en el puesto de lo real y verdadero. Como un pequeño ejemplo, citaremos lo fenoménico del mesmerismo y la clarividencia, que hasta hace poco tiempo, ha negado la ciencia Occidental, a pesar de haber numerosas personas que por evidencia introspectiva incontrovertible, saben de positivo la verdad de estos fenómenos, y, en algunos casos, comprenden su causa y su modo de ser.
A continuación ponemos algunas de las proposiciones fundamentales de la Teosofía:
El espíritu en el hombre es la única parte de su ser que es real y permanente; lo demás de su naturaleza es un compuesto variable. Y como todo lo que es compuesto está sujeto a desintegración, todas las partes del hombre, menos el espíritu, son impermanentes.
Además, siendo el universo uno y no muchos, y toda cosa que él encierra está conectado con la totalidad, y con toda otra cosa en ello, no existe acto o pensamiento que no sea percibido por el gran todo. De esto hay conocimiento perfecto en la esfera superior de que hablaremos. Por lo tanto todo lo que existe está ligado inseparablemente por los lazos de la Fraternidad.
La primera proposición fundamental de la Teosofía mantiene que el universo no es un agregado de unidades diversas sino que es una totalidad. Esta totalidad es llamada "Divinidad" por los Filósofos Occidentales, y "ParaBrahm" por los Vedan tinos de la India. Puede llamarse Inmanifiesto, que contiene en sí la potencialidad de todas las formas de manifestación, junto con las leyes que gobiernan estas manifestaciones. Además se enseña que no hay creación de mundos en el sentido teológico, sino que toda su aparición es debida estrictamente a la evolución. Cuando llega la hora en que lo Inmanifestado se manifiesta como un Universo objetivo, lo cual sucede periódicamente, emana de su una potencia llamada "la Primera Causa" - llamada así porque es en sí la raíz de esa Causa, y llamada en el Oriente la "Causa sin Causa". La primera Causa podemos llamarle Brahma, o Ormazd, o Osiris, o por cualquier nombre que nos agrade. La proyección en el seno del tiempo de la potencia de esta Causa, llamada "el soplo de Brahma", hace que aparezcan gradualmente los mundos y todos los seres que los habitan. Todo esto permanece en manifestación mientras dura la influencia que los impele en su evolución. Después de inmensas eras el soplo espiratorio, la influencia evolucionaría disminuye, y el universo empieza a entrar en obscurecimiento o pralaya, hasta, que el "soplo" es completamente inhalado, no queda nada objetivo, porque nada es, más que Brahma. Es preciso que el estudiante tenga cuidado en diferenciar entre Brahma (el impersonal Parabrahma) y Brahma el Logos manifestado. Discutir en este Epítome los medios que emplea este poder para funcionar estaría fuera de lugar, pero la Teosofía también trata de esos medios.
La exhalación es conocida como un Manvantara, o la Manifestación del mundo entre dos Manus (de Manu y Antara que significa "entre") y la consumación de la inhalación trae consigo Pralaya, o destrucción. Es de estas verdades que han surgido los errores con respecto a la "creación" y al "juicio final". Esos Manvántaras y Pralayas han ocurrido eternamente, y continuarán efectuándose periódicamente y por siempre.
Para que tenga lugar un Manvantara dos principios eternos, son postulados, que son, Purusha y Prakriti (o espíritu y materia), porque los dos están siempre presentes y juntos en cada manifestación. Se usan estos términos sánscritos porque no hay equivalente justo en otro idioma. Purusha es llamado el "espíritu", y Prakriti "materia", pero ni es Purusha el espíritu absoluto ni es Prakriti la materia tal como la conoce la ciencia; los Sabios Arianos declaran que hay un espíritu todavía más elevado llamado Purushottama. La razón de todo esto es que durante la noche universal de Brahmâ, o la llamada inhalación, ambos Purusha y Prakriti son absorbidos en lo Inmanifiesto; un concepto que es la misma idea que la Biblia expresa - "quedando en el seno del Padre".
Esto nos trae a la doctrina de la Evolución Universal como explican los Sabios de la Religión-Sabiduría. El Espíritu o Purusha, ellos dicen, que procede de Brahma a través de varias formas de materia emanadas al mismo tiempo, empezando en el mundo espiritual desde lo más alto y en el mundo material desde la forma más baja. La forma es todavía desconocida a la ciencia moderna. De manera que toda forma mineral, vegetal o animal cada una aprisiona una chispa de lo Divino, una porción del indivisible Purusha.
Estas chispas laboran por "retornar al Padre", o en otras palabras, a asegurar la auto-conciencia y por último llegan a la forma más elevada en la Tierra, es la del hombre donde sólo la auto-conciencia es posible para ellos. El período durante el cual se efectúa esta evolución, calculado en ciclos de tiempos usuales, abraza millones de eras. Así es que cada chispa emanada de la divinidad tiene millones de eras para llenar su misión - que es obtener la conciencia propia en la forma humana. Pero esto no quiere decir que el mero hecho de manifestarse en forma humana confiere a la chispa divina la conciencia propia. Ese gran trabajo puede ser consumado durante el Manvantara en el cual la chispa Divina alcanza la forma humana, o tal vez no; todo depende de los esfuerzos individuales y de la propia voluntad. Cada espíritu particular pasa a través del Manvantara, o entra en manifestación para su propio enriquecimiento y de allí para la Totalidad. Los Mahatmas y Rishis se desarrollan gradualmente durante un Manvantara y al concluir éste llegan a ser espíritus planetarios que guían la evolución de otros futuros planetas. Los espíritus planetarios de nuestro globo son aquellos que hicieron los esfuerzos necesarios en un Manvantara anterior - o día de Brahma - y llegaron a ser Mahatmas durante el curso de ese largo período.
Cada Manvantara es para la misma meta y propósito, para que así los Mahatmas que han obtenido tal altura, o los que llegaran a ser Mahatmas en los años que quedan de ese Manvantara, serán probablemente los espíritus planetarios del próximo Manvantara ya sea en este planeta o en algún otro. Este sistema está basado, como se ve, en la identidad del ser Espiritual, bajo el nombre de "Fraternidad Universal", la idea básica de la Sociedad Teosófica, cuyo objeto es realizar esta fraternidad entre los seres humanos.
Los Sabios dicen que este Purusha es el fundamento de todos los objetos manifestados. Sin él nada podría existir o unirse. Se difunde y lo penetra todo. Es la realidad de la cual las cosas que nosotros llamamos reales, son meras imágenes. Como Purusha anima y abraza todos los seres, estos se encuentran unidos íntimamente, y en cualquier plano en que se focaliza Purusha, allí habrá conciencia perfecta de todo acto, pensamiento, objeto, circunstancia, ya sea que haya ocurrido en ese, o en este o en cualquier otro plano. Porque inferior al espíritu y superior a la inteligencia, hay un plano de conciencia comúnmente llamada la "la naturaleza espiritual" del hombre; donde quedan anotadas todas las experiencias, y frecuentemente se dice que ésta es tan susceptible de cultivo como lo es su cuerpo o su intelecto.
Este plano superior es el verdadero registro de todas las sensaciones y experiencias, aunque hay otros planos que registran. A veces se le llama la "mente sub.-conciente". La Teosofía, mientras tanto sostiene que es mal uso de los términos el decir que la naturaleza espiritual puede ser cultivada. El objeto real que debe tener presente es abrir o hacer porosa la naturaleza o índole inferior para que así la índole espiritual pueda brillar a través y llegar a ser el guía y gobernante. Sólo es "cultivado" en el sentido de preparar un vehículo para su uso, en el cual pueda descender. En otras palabras, se asegura que el hombre verdadero, que es el ego superior - la chispa de lo Divino ya mencionada - obscurece el ser visible cual tiene la posibilidad de llegar a unirse a esa chispa. Así es que se dice que el Espíritu superior no está dentro del hombre sino sobre el hombre. Está siempre pacífico, sin preocupaciones, feliz y lleno de conocimiento absoluto. Continuamente participa del estado Divino, siendo continuamente el mismo el estado, y "unido con los Dioses, se alimenta de Ambrosía". Lo que se propone cada estudiante es dejar que la luz de ese espíritu brille a través de las envolturas inferiores.
Este "cultivo espiritual" es sólo obtenible conforme los intereses groseros, las pasiones, los apetitos de la carne, son subordinados a los intereses, aspiraciones y necesidades de la índole superior; esto es cuestión de ambos sistemas y de ley establecida.
El espíritu sólo puede llegar a ser el gobernante cuando el firme reconocimiento o admisión intelectual es primero hecho que sólo ELLO es. Y, como se dijo anteriormente que esto sólo concierne a la persona sino a la totalidad, todo egoísmo debe de ser eliminado de la naturaleza inferior antes que su estado divino pueda alcanzarse. Mientras quede el más mínimo deseo personal o egoísta - aún el querer desarrollo espiritual para uno mismo - se pospondrá el objeto anhelado. Por eso la frase "apetitos de la carne" debe extenderse a deseos que no son carnales, y mejor sería decir todos los "deseos personales, incluyendo los del alma individual".
Cuando un hombre ha sido metódicamente educado de acuerdo a este sistema y ley, obtiene una visión clara dentro de lo inmaterial, en lo espiritual, y sus facultades íntimas perciben la verdad tan inmediatamente y tan fácilmente como las facultades físicas se adhieren a las cosas sensuales, o la mente de las razonables. O, en las palabras usadas por algunos de ellos,"Ellos son capaces de mirar directamente las ideas", y por lo tanto su testimonio sobre verdades espirituales es tan digno de fe como el de los científicos o filósofos a la verdad en sus campos respectivos.
En el curso de este cultivo espiritual esos hombres adquieren percepción y dominio de varias fuerzas naturales desconocidas por los otros hombres, y de este modo pueden ejecutar actos usualmente llamados "milagrosos", pero que sólo son el resultado de mayores conocimientos de las leyes naturales. Lo que estos poderes son pueden encontrarse en la "Filosofía Yoga de Patanjali". Su testimonio respecto a la verdad trascendental, corroborado por la posesión de tales poderes, desafía el examen cándido de toda mente religiosa.
Volviendo ahora al sistema expuesto por estos Sabios, encontraremos en primer lugar, una reseña de cosmogonía, el pasado y futuro de esta tierra y de otros planetas, la evolución de la vida pasando por las formas elemental, mineral, vegetal, animal y humana.
Estos "elementos vitales pasivos" son desconocidos a la ciencia moderna, aunque algunas veces se les acerca, llamándoles agentes materiales sutiles, cuando en realidad son formas de la vida misma.
Cada Kalpa, o gran período, es dividido en cuatro edades o Yugas, cada una de las cuales dura millares de años, y cada una es marcada por una característica predominante. Estas son: Satyayuga (o edad de la verdad), la Tretya-yug, la Dvapara-yug, y nuestra presente Kali-yug (o edad de oscuridad), que empezó hace cinco mil años. La palabra "oscuridad" se refiere a oscuridad espiritual y no material. Sin embargo, en esta edad toda causa produce sus efectos más aprisa que en ninguna otra era - lo cual es debido a la intensidad impulsiva del "mal", cuando el curso del ciclo se acerca al punto de retorno hacia un nuevo ciclo de verdad. Así es que un amante sincero de la humanidad puede hacer más en tres encarnaciones en Kali-Yuga, que en muchas más en cualquier otra edad. La oscuridad de esta edad no es absoluta, pero es mayor que en las otras; su principal tendencia es hacia el materialismo; su mitigación es el progreso ocasional en lo moral o lo científico que conduce a la mejora de la raza por la remoción de causas inmediatas de enfermedad o crimen.
Nuestra tierra es una de la cadena de siete planetas, el único en el plano visible, mientras los otros seis están en diferentes planos, y son por lo tanto invisibles. (Los otros planetas de nuestro sistema solar pertenecen cada uno a una cadena de siete.) Y la ola de vida pasa del globo más alto al más bajo en la cadena hasta que llega a nuestra tierra, y entonces asciende y pasa a los otros tres globos del arco opuesto; y así sucesivamente siete veces. la evolución de formas coincide con este progreso, la marea de vida llevando las formas minerales y vegetales, hasta que cada globo esté listo para recibir la ola vital humana. De estos globos nuestra tierra es el cuarto.
La humanidad pasa de globo a globo en una serie de Rondas, primero circunvalando cada globo, y re-encarnándose un numero fijo de veces. En cuanto a la evolución humana en los planetas o globos ocultos poco es permitido decir. Nosotros tenemos que ocuparnos de nuestra tierra. Esta, cuando la ola humana la alcanzó por última vez (en esta, nuestra Cuarta Ronda), empezó a evolucionar al hombre, subdividiéndolo en razas. Cada una de estas razas cuando a través de la evolución, ha llegado al punto conocido como el "momento de escoger" y decide su destino futuro como una raza individual, empieza a desparecer. Además, las razas están separadas, unas de otras por cataclismos de la naturaleza, tales como el hundimiento de continentes y otras convulsiones naturales. Coincidiendo con el desarrollo de las razas el desarrollo de la especialidad de los sentidos toma lugar; de modo que nuestra quinta raza ha desarrollado hasta ahora cinco sentidos.
Dicen también los sabios que los asuntos de este mundo y de sus habitantes están sujetos a las leyes cíclicas y que durante uno de estos ciclos no es posible obtener ni la calidad ni la rapidez del progreso que corresponde a otro ciclo. Estas leyes cíclicas operan en cada era. A medida que las edades se obscurecen las mismas leyes prevalecen, sólo que los ciclos son más cortos; es decir ellos son lo mismo en longitud en el sentido absoluto, pero pasan el dado límite en un período de tiempo más corto. Estas leyes imponen restricciones al progreso de la raza. En un ciclo, donde todo está ascendiendo y descendiendo, los Adeptos tienen que esperar hasta que llegue el momento antes que ellos puedan ayudar la raza a ascender. Ellos no pueden, ni deben infringir con la ley Kármica. Y así ellos empiezan a trabajar activamente otra vez en el sentido espiritual, cuando saben que el ciclo va aproximándose a su punto de cambio.
Al mismo tiempo estos ciclos no tienen líneas fijas de demarcación, ni fronteras, ni puntos de partida, puesto que es posible que esté uno a punto de concluir cuando ya otro hace algún tiempo que empezó. Así se sobreponen y se desvanecen unos en los otros, como el día hace con la noche; y sólo cuando uno está completamente terminado y el otro ya ha realmente comenzado manifestando su eflorencia es que podemos decir que estamos en un nuevo ciclo. Como ejemplo, pueden compararse con dos círculos entrelazados de tal manera que la circunferencia de uno pase por el centro de otro y entonces el momento en que uno termine y el otro empiece será el punto en que se crucen las circunferencias. O imaginemos a un hombre que camina, como ilustración del progreso de los ciclos; la rapidez de su marcha solo puede obtenerse midiendo la distancia cubierta por sus pasos; el punto medio en cada paso, es decir, de un punto que queda a mitad de pie a pie, será el principio de un ciclo y el final de otro.
El progreso cíclico es ayudado, o la deterioración es permitida, del modo siguiente; cuando el ciclo va ascendiendo, Seres avanzados y desarrollados llamados en Sánscrito "Jñânis", descienden a esta tierra de otra esfera donde el ciclo está declinando, en orden que ellos puedan también ayudar al progreso espiritual de este globo. De igual modo ellos dejan esta esfera cuando nuestro ciclo se acerca a la oscuridad. Sin embargo, no hay que confundir estos "Jñânis" con los Mahatmas y Adeptos ya mencionados. El verdadero objeto de un verdadero Teósofo debería ser, por lo tanto, arreglar su vida de manera que su influencia contribuya a disipar las tinieblas para que los Jñânis puedan volver otra vez hacia esta esfera.
La Teosofía también enseña la existencia de un universal difundido y muy tenue médium, cual ha sido llamado la "Luz Astral" y "Akâsa". Es el almacén donde se depositan todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros, y en éste se marcan todos los efectos de causas espirituales, y todos los actos y pensamientos, ya sean de dirección del espíritu o materia. Casi podría llamarse el Libro del Ángel Registrador.
Sin embargo no debe confundirse Akâsa con el Éter ni con la luz astral de los Kabalistas. Akâsa es el noumenon del fenómeno éter o luz astral propiamente dicho, porque Akâsa es infinito, indivisible, intangible, siendo su única producción el Sonido.
Y esta luz astral es material y no espiritual. Es en realidad el principio más bajo del cuerpo cósmico del que Akâsa es el más alto. Tiene la facultad de retener toda imagen. Y esto significa que cada pensamiento así como cada palabra y cada acto imprime una imagen en ella. Se dice que estas imágenes tienen dos vidas. Primero. Su propia vida como una imagen. Segundo. La impresión dejada por ellas en la matriz de la luz astral. En las regiones superiores de esta luz, no existe tal cosa como espacio y tiempo en el sentido humano. Todos los acontecimientos futuros son pensamientos y actos humanos; estos son los productores, de antemano, de la imagen del suceso que va a ocurrir. El hombre ordinario continuamente sin tino, y con mala intención, está fabricando estos eventos que no pueden dejar de suceder, pero los Sabios, Mahatmas y los Adeptos de la buena ley, sólo hacen imágenes que estén de acuerdo con la ley Divina, porque ellos tienen dominio sobre la producción de sus pensamientos. En la luz astral también están todos los diferenciados sonidos. En ella los elementales son centros de energía. Las sombras de hombres fallecidos y animales también están allí. De modo que cualquier clarividente, o cualquier persona en trance puede ver en ella todo lo que uno ha hecho o dicho, como también todo lo que ha sucedido a ellos con los que están relacionados. De aquí, que la identidad de personas difuntas - que se supone reportan especialmente fuera de este plano - no es para ser creída aunque den detalles sobre cosas, palabras o ideas olvidadas. De este plano de materia se pueden sacar retratos de todo quien ha vivido y después reflejado sobre una adecuada superficie electro-magnética, de manera que aparece una aparición del difunto produciendo todas las sensaciones de peso, dureza y extensión.
Por medio de la Luz Astral y con la ayuda de los Elementales, pueden reunirse los diferentes elementos materiales necesarios y ser precipitados de la atmósfera sobre una superficie plana, o en la forma de un objeto sólido; esta precipitación puede hacerse permanente o de tan poca fuerza coherente que pronto se desvanece. Pero la ayuda de los elementales sólo se consigue cuando se posee una fuerte voluntad y un conocimiento completo de las leyes que gobiernan esos seres de los elementos. Es inútil dar detalles sobre este asunto; primero, porque el estudiante que no está entrenado no puede entenderlos; y segundo; una explicación completa no es permitida, aunque tuviéramos espacio para ello.
El mundo de los elementales es un factor importante en nuestro mundo y en el curso del estudiante. Cada pensamiento que es emanado del hombre se une instantáneamente con un elemental y entonces queda fuera del poder del ser humano.
Es fácil ver que este procedimiento tiene lugar en todo instante. De modo que, cada pensamiento existe como una entidad. Su tiempo de vida depende de dos cosas: (a) La fuerza original como voluntad e ideación de la persona; (b) El poder del elemental a que pertenece. Este es el caso con buenos y malos pensamientos, y como generalmente la voluntad que impele los malos es intensa, podemos ver el resultado es muy importante, porque el elemental no tiene conciencia y obtiene su constitución y su dirección del pensamiento que lo envuelve.
Cada ser humano tiene sus elementales propios que participan de su índole y pensamientos. Si tú fijas tus pensamientos con cólera en una persona, o con juicios críticos y poco caritativos, tú atraes un número de elementales que les corresponden, generan y son generados por esa falta particular, y ellos se precipitan sobre ti. Así es que, a causa de la injusticia de nuestra condenación meramente humana, que no sabe el origen y las causas de la acción de otro, al instante tú te haces participante de su falta o debilidad por tu propio acto, y el elemental dañino que despedimos vuelve acompañado "con otros diablos peores que él".
De aquí que nace el refrán popular que dice que las maldiciones vuelven a casa, y esto tiene su base en las leyes que gobiernan la afinidad magnética.
En el Kali-Yuga estamos hipnotizados por el efecto del inmenso grupo de imágenes que hay en la Luz Astral, compuesto de los pensamientos, actos y demás de nuestros antepasados, cuyas vidas tendían en una dirección material. Estas imágenes influyen al hombre interno - que está consciente de ellas - por sugestión. En una edad más iluminada la influencia de esas imágenes sería hacia la Verdad. El efecto reactivo de la Luz Astral, pintada y amoldada por nosotros, permanecerá mientras tanto continuemos imprimiendo esas imágenes allí, y así viene a ser nuestro juez y nuestro verdugo. Toda ley universal lleva en sí misma los medios de su ejecución y castigo de su violación, y no necesita ninguna otra autoridad para postular su cometido o hacer cumplir sus decretos.
La Luz Astral por su acción inherente es a la vez quien desarrolla y destruye las formas. Es el registro universal. Su principal utilidad es de ser un vehículo para la operación de las leyes del Karma, o el progreso del principio de la vida, y en un sentido espiritual es un médium o "mediador" entre el hombre y su Dios - su espíritu supremo.
La Teosofía también nos dice el origen, la historia, el desarrollo y el destino de la humanidad.
Con respecto al hombre enseña:
Primero. Que cada espíritu es una manifestación del Espíritu Uno y por lo tanto parte de todo. Este pasa por una serie de experiencias en encarnación y está destinado a reunirse últimamente con lo Divino.
Segundo. Que la encarnación no es singular sino que se repite, reincorporándose cada individualidad durante numerosas existencias en sucesivas razas y planetas de nuestra cadena planetaria, y acumulando experiencias de cada encarnación hacia su perfección.
Tercero. Que entre encarnaciones adyacentes, después que los elementos se han purgado, viene un período de descanso y quietud relativa, llamada Devachan - en el cual el alma se prepara para su próximo advenimiento a la vida material.
La constitución humana está subdividida en una manera septenaria, siendo las principales divisiones el cuerpo, el alma, y el espíritu. Estas divisiones y su relativo desarrollo gobiernan su subjetiva condición después de la muerte. La verdadera división no puede ser comprendida, y debe por algún tiempo quedar esotérica, porque requiere el uso de ciertos sentidos que no están desarrollados para su entendimiento. Si la presente división septenaria, que es dada por escritores Teosóficos es adherida estrictamente y sin ninguna declaración condicional, caerá en errores e inútiles disputas. Por ejemplo, el Espíritu no es el Séptimo principio. Es la síntesis o el todo, y está igualmente presente en los otros seis. Las varias divisiones publicadas hasta ahora sólo sirven como pauta preliminar, que será desarrollada y corregida conforme los estudiantes avancen y se desarrollen por su propio esfuerzo.
El estado espiritual comparable al descanso y conocido como Devachan no es eterno y por lo tanto no es el mismo que el cielo eterno de los Cristianos. Tampoco el "infierno" corresponde al estado conocido a los escritores Teosóficos como Avitchi.
Todos los estados penosos son transitorios y estados purificadores. Cuando estos estados se han pasado el individuo entra en el Devachán.
El "infierno" y Avitchi no son lo mismo. Avitchi es igual que la "segunda muerte", pues el aniquilamiento que sólo le viene al "Mago negro" o sea espiritualmente perverso, como veremos luego.
Las condiciones de cada encarnación dependen del equilibrio entre méritos y deméritos de la previa vida o vidas - del modo de pensar y de vivir del hombre; y esta ley es inflexible y completamente justa.
"Karma" - es un término que significa dos cosas, la ley de acusación ética (Todo lo que siembras, eso cosecharás); y el total o exceso de méritos o deméritos en cada individuo, determina también las experiencias importantes de alegría y tristeza en cada encarnación, de modo que lo que nosotros llamamos "suerte" es en realidad "mere-cimiento" - merecimiento adquirido en pasada existencia.
Karma no se exhausta todo en una sola vida, ni una persona necesariamente en esta vida está experimentando los efectos de todo su Karma previo; para algunos puede estar suspendida por varias causas. La causa principal es la falta para el Ego de obtener un cuerpo que le sirva de instrumento o aparato en y por el cual la meditación o pensamientos de vidas previas pueden tener su efecto y ser maduradas. Por eso se sostiene que hay un poder misterioso en el pensamiento humano durante una vida, que con seguridad traerá resultados ya sea en la vida consecutiva o en alguna otra vida futura; es decir en cualquier vida en que el Ego obtenga un cuerpo capaz de ser el foco, aparato o instrumento para madurar el Karma del pasado. También hay una fuerza divergente en el Karma en sus efectos sobre el alma, por cierto curso de vida - o pensamiento - influenciará el alma en esa dirección a veces por tres vidas, antes de que se haga sentir el efecto, bueno o malo, de cualquier otra clase de Karma. Esto no quiere decir que cada mínima fracción de Karma debe sentirse con el mismo detalle como cuando se produjo, ya que varias clases del Karma pueden culminar juntas en un punto de la vida, y por sus efectos combinados produce un resultado que, aunque, como en la totalidad, representa con exactitud todos los elementos en él, al mismo tiempo es un Karma diferente de cada una de las partes componentes. Esto puede llamarse la nulificación de los supuestos efectos de las clases comprometidas del Karma.
El proceso de la evolución hasta la reunión con lo Divino es e incluye elevación sucesiva de rango a rango de poder y utilidad. Los seres más elevados existentes en la carne se les conoce como Sabios, Rishis, Hermanos, Maestros. Su gran función es preservar en todos tiempos,y cuando las leyes cíclicas lo permitan, la extensión del conocimiento espiritual e influencia.
Cuando la unión con lo Divino es efectuada, todos los eventos y experiencias de cada encarnación son conocidos.
Con respecto al procedimiento de desarrollo espiritual, la Teosofía enseña:
Primero. Que la esencia del proceso yace en asegurar la supremacía, hasta lo más alto, lo espiritual, el elemento de la naturaleza humana.
Segundo. Que esto se adquiere de cuatro modos entre más, -
(a) Eliminación completa del egoísmo en todas sus formas, y el cultivo de una simpatía amplia y generosa, y esfuerzos por el bien de otros.
(b) El cultivo absoluto de lo íntimo espiritual, por medio de la meditación y comunión con lo Divino, por el ejercicio de la clase descrito por Patanjali como un esfuerzo incesante a un fin ideal.
(c) El control de los apetitos carnales y deseos, subordinando deliberadamente todo interés material a los dictados del espíritu.
(d) La ejecución cuidadosa de todo deber relacionado con la posición que uno ocupe en la vida, sin desear recompensa, dejando los resultados a la ley Divina.
Tercero. Que mientras lo antedicho es incúmbete y practicable por todo hombre religioso, todavía hay un elevado plano de adquisición espiritual que es condicionado sobre un curso de disciplina, física, intelectual, y espiritual, por la cual las facultades internas son primero en despertar y luego desarrollan.
Cuarto. Que este procedimiento se extiende hasta llegar al grado de Adepto y Mahatma o a los estados de Rishis, Sabios y Dhyân Chohans; son todos estados excelsos, obtenidos por una laboriosa auto-disciplina y privaciones, prolongadas tal vez a través de muchas encarnaciones, con muchos grados de iniciación y de mérito, y seguidos de otros muchos escalones más, siempre acercándose a lo Divino.
Con respecto al modo del desarrollo espiritual enseña:
Primero. Que el proceso toma lugar completamente dentro del individuo mismo, el motivo, el esfuerzo y el resultado procediendo de su índole íntima, en las líneas de auto-evolución.
Segundo. Que, aunque personal e interno, el procedimiento recibe ayuda, siendo posible, de hecho, sólo a través de una comunión íntima con la fuente suprema de toda fuerza.
Con respecto al grado de progreso en las encarnaciones, asegura:
Primero. Que hasta el más simple conocimiento intelectual de la verdad Teosófica tiene gran valor preparando el individuo para dar un paso adelante en su próxima vida terrestre, dando un impulso en esa dirección.
Segundo. Que más todavía se gana con la vida de deber, de piedad y beneficencia.
Tercero. Que un avance todavía mayor se obtiene por el atento y devoto uso de los medios para adquirir la cultura espiritual.
Cuarto. Que cada raza y el individuo de ella llega en la evolución a un período conocido como "el momento de escoger", cuando tienen que elegir por sí mismos sus destinos futuros, escogiendo deliberadamente entre la vida eterna o la muerte, y que este derecho de escoger es un prerrogativa del alma libre. No puede ejercerse hasta que el hombre no ha realizado la existencia del alma en sí mismo, y hasta que ese alma no ha conseguido, durante su encarnación, cierto grado de conciencia propia. El momento de escoger no es un período de tiempo fijo, es compuesto de todos los elementos. Este no llega a menos que todas las vidas anteriores no hayan tenido esa tendencia. Para la raza en total no ha llegado aún. Cualquier individuo puede acelerar el advenimiento de esto para sí mismo bajo la ley previamente dicha, la maduración del Karma. Pero si no elige correctamente no por eso es condenado enteramente, pues la economía de la naturaleza provee que él tenga una y otra vez, la oportunidad de escoger cuando el momento llega para la raza entera. Después de este período la raza, habiendo florecido, tiende hacia su disolución. Unos cuantos individuos en ella habrán ido más allá del progreso medio y habrán llegado a ser Adeptos y Mahatmas. La masa, que ha escogido acertadamente, pero que no ha obtenido salvación, pasa a una condición subjetiva, allí a esperar el influjo de la ola de vida humana en el próximo globo, siendo ellas las primeras almas que lo poblarán; los que deliberadamente escogieron mal, aquellos cuyas vidas se han pasado en gran perversidad espiritual (haciendo daño por el amor al mal mismo), corta la conexión con el Espíritu Divino, o la Monada, cual abandonará para siempre el Ego humano. Esos Egos pasan al estado de miseria de la octava esfera, en cuanto podemos entender, allí permanecen hasta que la separación entre lo que ellos han cultivado y el Ishwara personal o la chispa divina está completa. Pero esto no ha sido nunca explicado a nosotros por los Maestros, quienes han rehusado siempre dar una explicación concluyente. En el próximo Manvantara la Chispa Divina probablemente empezarán otra vez la larga jornada evolutiva, lanzada en la corriente de la vida en su fuente pasando otra vez por todas las formas inferiores.
Mientras la conexión con la Monada Divina, no está cortada, esta aniquilación de la personalidad no puede tomar lugar. Algo de esa personalidad quedará siempre unido al Ego inmortal. Y aún después de la separación el ser humano puede vivir entre los hombres - un ser sin alma. Esta desilusión, por decirse así, de la Chispa Divina por la privación del vehículo escogido es lo que constituye el "pecado contra el Espíritu Santo", imperdonable por su naturaleza misma, puesto que no es posible continuar una asociación con principios que han llegado a degradarse y viciados en el sentido absoluto, hasta el punto que ya no responden más a los impulsos cíclicos y evolucionaros, y abrumados con el peso de su propia naturaleza se hunden en los abismos más profundos de la materia. La conexión una vez rota no puede ser reasumida. Pero innumerables oportunidades se ofrecen para el retorno a través del proceso disolvente, que dura miles de años.
Hay también un destino que viene hasta los Adeptos de la Buena Ley que es algo semejante a la pérdida del "cielo" después de haberlo gozado por un tiempo incalculable. Cuando un Adepto ha llegado a un punto muy elevado en su evolución, puede, por un simple deseo, convertirse en lo que los Hindús llaman un "Deva" - o dios menor. Si él hace esto, entonces, aunque gozará por un tiempo larguísimo la felicidad y poder correspondientes a su estado, no podrá en el próximo Pralaya, participar de la vida consciente "en el seno del Padre", sino que volverá a sumergirse en la materia en la nueva "creación", llevando a cabo ciertas funciones que no podemos aclarar por ahora, y tendrá que subir otra vez, a través del mundo elemental; pero esto no es como la suerte del Mago Negro que cae en Avitchi. Y otra vez entre las dos él puede escoger el camino medio y llegar a ser un Nirmanakaya - uno que deja ir la felicidad del Nirvana y se queda en su existencia consciente fuera del cuerpo después de la muerte; en orden de ayudar a la Humanidad. Este es el mayor sacrificio que él puede hacer por la Humanidad. Avanzando de un grado de interés y adquisición comparativa a otro grado, el estudiante acelera el momento de escoger, después del cual su progreso será mucho más rápido y más intenso.
Debemos añadir que la Teosofía es el único sistema de religión y filosofía que explica en una manera satisfactoria los siguientes problemas:
Primero. El objeto, uso y la habitación de otros planetas, que sirven para prolongar y completar el curso evolucionaro, y llenar la medida requerida a la experiencia universal de las almas.
Segundo. Los cataclismos geológicos de la tierra; la ausencia frecuente de tipos intermediarios en la fauna; los casos arquitectónicos y otras reliquias de las razas ahora perdidas, y a la cual la ciencia ordinaria no tiene nada sólo vanas conjeturas; la naturaleza de las civilizaciones extinguidas y las causas de su extinción; la persistencia del salvajismo y las desigualdades de la civilización actual; las diferencias, físicas y de índole interna que existen entre las diversas razas humanas; la dirección del desarrollo del futuro.
Tercero. Los contrastes y concordancias en las creencias del mundo, y la base común a todas.
Cuarto. La existencia del mal, del sufrimiento, de la tristeza - un problema insoluble para el mero filántropo o teólogo.
Quinto. Las desigualdades en condición social y privilegios; los contrastes marcados entre la riqueza y la miseria, la inteligencia y la estupidez, la cultura y la ignorancia, la virtud y el envilecimiento; la aparición de hombres de genio en familias sencillas, así como otros hechos en conflicto con la ley de la herencia, los casos frecuentes de incompatibilidad entre los individuos y el medio ambiente, tan cruel que les agria el ánimo, obstruye las aspiraciones y paraliza los esfuerzos; la antítesis violenta entre carácter y condición; la ocurrencia de accidentes, desgracias y muertes prematuras - todos los problemas que sólo se explican por la teoría convencional del capricho divino o por las doctrinas Teosóficas del Karma y la Reencarnación.
Sexto. La posesión por los individuos de poderes psíquicos - clarividencia, clariaudiencia, etc., como los fenómenos de la psicometría.
Séptimo. La verdadera naturaleza de los fenómenos legítimos del espiritualismo, y el antídoto contra la superstición y la exagerada expectación.
Octavo. La impotencia de las religiones convencionales para extender sus áreas, reformar abuso, reorganizar la sociedad, promulgar la idea de la fraternidad, abatir el descontento, disminuir el crimen y elevar la humanidad; y una aparente incapacidad de realizar en vidas individuales el ideal que ellos profesamente proclaman.
Los Tres Objetivos del Movimiento Teosófico
· La formación de un núcleo de Fraternidad Universal humana; sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color.
· El estudio comparativo de religiones, filosofías y ciencias, antiguas y modernas; y la demostración en la práctica de la importancia de ese estudio.
· La investigación de las leyes inexplicadas de la Naturaleza, y de los poderes psíquicos latentes en el hombre.


ACERCA DE LA REENCARNACIÓN
Las objeciones planteadas con frecuencia contra la "Reencarnación" que aparecen muy firmes a los que las presentan, provienen de la parte emocional de nuestra naturaleza. Ellos dicen: "no deseamos ser otra persona en una vida futura, ¿cómo podemos reconocer nuestros amigos y los que amamos si ambos cambiamos de personalidad? Las relaciones tan profundas que desarrollamos aquí son tales, que pareciera imposible ser felices sin los que amamos."
Es inútil contestar que, si la reencarnación es la ley, no importa lo que nos guste o disguste. Mientras las simpatías y las antipatías gobiernan un individuo, las argumentaciones lógicas no disiparán las objeciones y la indiferente declaración, según la cual los amados objetos de nuestra afección a la muerte nos dejarán por siempre, no alivia la mente de su dolor ni es una declaración exacta. En realidad, una de las miserias de la existencia condicionada, es la aparente posibilidad de perder por siempre a lo que amamos. Por lo tanto, la iglesia cristiana, para solucionar la dificultad que la idea de la muerte siempre suscita, ha inventado su paraíso en el cual es posible reunirse bajo una condición: la aceptación del dogma del Redentor. Ninguno de sus creyentes parece considerar que como los individuos más próximos a nosotros no responden a la condición necesaria, es imposible alcanzar la felicidad en tal paraíso, en cuanto que somos constantemente conscientes que estos infieles están sufriendo en el infierno, pues, si nos permanece suficiente memoria para reconocer los amigos creyentes, no podemos olvidar a los demás. Por lo tanto, dicha dificultad se convierte en algo siempre más grande.
Desde luego, debemos preguntar: ¿qué clase de amor es éste? Un amor simplemente por el cuerpo físico o por el alma interior. En el primer caso, el cuerpo, desintegrándose a la muerte, no será posible, ni desearemos, verlo en otra vida, a menos que seamos excesivamente materialistas. Desde luego, la personalidad pertenece sólo al cuerpo, por lo tanto si el alma que amamos mora en otro vehículo físico, según la ley, (una parte de la ley de la reencarnación no citada ni considerada muy a menudo), cuando nos reencarnemos, encontraremos nuevamente esa misma alma en un nuevo vehículo. Todavía, no podemos siempre reconocerla, desde luego el reconocimiento o el recuerdo de los que conocimos previamente, es uno de los objetos de nuestro estudio y práctica. Ésta no sólo es la ley presente en los libros antiguos, sino que ha sido declarada positivamente en la historia de la Sociedad Teosófica, en una carta de un Adepto enviada hace algunos años a un teósofo londinense. Él les preguntó si imaginaban que se habían reencarnado unidos por la primera vez; ellos contestaron negativamente y presentaron la regla según la cual las verdaderas afinidades del alma los atrajeron a la tierra.
Ser asociado contra nuestra voluntad a los que fueron nuestra madre, padre, hijo o mujer, en una vida previa, no es justo, ni necesario. Estas relaciones crecieron sólo de los vínculos físicos, por lo tanto las almas semejantes, que se aman recíprocamente, así como las que se odian, se reencarnarán juntos, en cuerpos mortales, una vez como padre e hijo y viceversa.
Entonces, la doctrina del Devachan nos da una respuesta. En este estado nos rodean los que amamos en la tierra, por todo motivo práctico y para satisfacer nuestros deseos. Al reencarnarnos, nos encontramos nuevamente con las almas a las cuales estamos naturalmente atraídos.
Al vivir según nuestras convicciones superiores y mejores en favor de la humanidad y no del ser, hacemos posible que en cualquier vida terrena reconoceremos las personas que amamos, perdiendo por siempre los que parecen ser una perspectiva deprimente y repugnante.


TRES GRANDES IDEAS
Entre las numerosas ideas que el movimiento teosófico ha divulgado, existen tres . No es el lenguaje el que gobierna al mundo, sino el pensamiento. Por lo tanto, si estas tres ideas son buenas, que sean rescatadas una y otra vez del olvido.
La primera idea trata de la existencia de una gran Causa, llamada la Causa de la Sublime Perfección y de la Hermandad Universal. Esta radica en la unidad esencial de la raza humana y es una posibilidad porque la sublimidad en la perfección y la efectiva realización de la hermandad en cada plano del ser, son una y la misma cosa. Todo esfuerzo de los Rosacruces, Místicos, Masones e Iniciados, se dirigen a evocar en los corazones y en las mentes de los seres humanos, el Orden de la Sublime Perfección.
La segunda idea considera al individuo como un ser que puede elevarse hasta a la perfección, convirtiéndose en un Dios, porque él mismo es un Dios encarnado. Sin duda, Jesús tenía en mente tal doctrina cuando dijo que debemos ser perfectos como lo es el padre en el cielo. Esta es la idea de la perfectibilidad humana, capaz de destruir la horrible doctrina del inherente pecado original que ha encadenado y oprimido a las naciones cristianas por muchos siglos.
La tercera idea es la ilustración, la prueba y el elevado resultado de las antecedentes. Según ésta los Maestros, los que han alcanzado el máximo grado posible de perfección en este período evolutivo y en este sistema solar, son hechos vivientes y verdaderos y no frías abstracciones lejanas. Ellos son seres humanos vivos, como a menudo decía nuestra querida H.P.B., según la cual una sombra de miseria envolverá a los que dicen que no eran hechos reales y afirman: "los Maestros no descienden a este nuestro plano." Los Maestros, como hechos vivientes e ideales elevados, llenarán el alma de esperanza, ayudando a todos los que deseen elevar a la raza humana.