Severas Críticas Episcopales al Anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa
No a la Babel Religiosa

Aumenta la oposición del Episcopado al proyecto promovido por la Secretaría de Culto. A las críticas de Mons. Laise se suman las de Mons. Basseotto y Mons. Miani.

 escribe Carlos Benigni

 

En la “Contracara” de nuestro número anterior alertamos sobre los peligros que conlleva el “anteproyecto de ley de libertad religiosa” promovido desde la Secretaría de Culto. También hicimos referencia a la primera voz episcopal que manifestó su público desacuerdo y las críticas al mismo: Mons. Juan Rodolfo Laise. (*) A los pocos días, por medio de AICA del 6 de junio, el mismo Secretario de Culto intentó una descomedida respuesta: “En una declaración pública hecha por el obispo de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise, cuestionando un anteproyecto de ley de cultos, elaborado en la secretaría de Culto por un Consejo Asesor integrado por distinguidas personalidades (católicas y no católicas), se puntualiza una única objeción concreta. Se refiere a un artículo que reconoce el derecho de los padres a impartir y elegir para sus hijos educación religiosa, 'salvo que ello se oponga a la libertad religiosa del menor que tenga uso de razón'. "Al respecto, cabe aclarar que esa previsión, coincidente con la Convención sobre los Derechos del Niño (art. 14) y con normas del derecho canónico de la Iglesia Católica (cánones 98 y 111), recoge textualmente un pedido expreso de la Conferencia Episcopal Argentina, presentado por escrito el 17 de diciembre de 1991, en ocasión de discutirse un anterior proyecto de ley". 

Nueva respuesta de Mons Laise a la Secretaría de Culto 

La réplica no se hizo esperar: El mismo día de la respuesta de Mons. Laise, 8 de junio, AICA publicaba: El obispo de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise, respondió a las observaciones de la secretaría de Culto sobre los cuestionamientos que el prelado había hecho días pasados al anteproyecto de ley de libertad religiosa. Dijo, entre otras cosas, que "la transformación del sistema del Registro de Cultos propuesta, al hacer optativa la inscripción en el mismo, favorecerá el accionar de las sectas”. Dirigiéndose al secretario de Culto, doctor Norberto Padilla, sostiene que "no puede usted ignorar como católico  -ni prescindir de ello como funcionario-  las reiteradas preocupaciones por ese gravísimo problema en América Latina. Las mismas han sido tema central de la última reunión en Roma del Pontificio Consejo para América Latina, siendo mencionado el tema por el Santo Padre. El CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) también ha reiterado esas preocupaciones". En otro párrafo expresa: "El otorgamiento de derechos similares a los que -por imperio del artículo 2 de nuestra Constitución- sólo corresponden a la Iglesia Católica a otros cultos, acentúa una indeseable tendencia a la secularización y al igualitarismo religioso en nuestro derecho público". "En especial el artículo 2 inciso 16 del anteproyecto -continúa-, podría transformar en 'violador de la libertad religiosa' a cualquier padre de familia católica que en ejercicio de su derecho natural a la patria potestad exija de sus hijos el cumplimiento de sus obligaciones religiosas. No olvide usted que el mismo Santo Tomás responde negativamente a la pregunta de 'si es posible bautizar al hijo de un judío sin el consentimiento de su padre'. Creo que el argumento sigue siendo válido por fundarse en la ley divina. Y es justamente ese el único límite a la patria potestad que menciona el canon 98 por usted citado como fuente de inspiración del artículo en cuestión. En lo que se refiere al canon 111, el mismo se refiere a la posibilidad de cambio de rito, pero dentro de la Iglesia Católica. No veo cómo puede fundarse en el derecho canónico un supuesto 'derecho a apostatar'. Todo ello se agrava cuando hoy el fenómeno que lamentablemente sucede, no es tanto el acercamiento de menores de otras religiones a la Iglesia Católica, sino la captación de sus fieles por las sectas". Fue el último día de su mandato de treinta años en San Luis. Digno final de una gestión signada, entre otros logros, por la defensa de los derechos de la verdad y de Dios en la vida pública. 

Severa crítica de Mons Basseotto 

El día de la Bandera,  Mons. Antonio Basseotto efectuó un largo pronunciamiento también fuertemente crítico contra el “anteproyecto”. Con el título “A propósito de la “Libertad Religiosa”, el mismo fue difundido por AICA y publicado en el diario “El Litoral” de la capital santiagueña. “Tal cual suena dicho proyecto, tengo la impresión de algo pensado en Buenos Aires por una élite que no tiene debidamente en cuenta la realidad cultural de nuestro interior. (Pongo como premisa que he nacido en Buenos Aires y llevo veintiséis años en Añatuya...). Buenos Aires (el puerto), a lo largo de la historia, ha vivido de espaldas al interior de la patria y admirando con un verdadero complejo de inferioridad todo lo extranjero. Hacia el fin de la época colonial se encandilaba ante el iluminismo europeo, luego; ante, el pensamiento liberal masónico; a principios del siglo XX, el pensamiento marxista presente en diversas corrientes socialistas y anarquistas; luego, hasta la ideología nazi (diario “El Pampero”). Y nuevamente el marxismo, etc. Actualmente, ante lo que viene  por la globalización, por la celeridad de las comunicaciones y se nos impone desde USA y los países europeos ... Y así tenemos una mezcolanza de New Age, secularismo a ultranza, neoliberalismo, marxismo trasnochado, etc. Ante tal confusión de ideas, un pueblo que ha ido desdibujando su identidad se siente indefenso y a merced de quien tiene más capacidad de convicción y  de arrastre (...) “Desde el punto de vista cultural sufrimos un vaciamiento cada vez más acelerado y  alarmante. (...) En este contexto se propone un proyecto de ley de “libertad religiosa”.Creo que es el momento menos oportuno, si buscamos realmente el bien de la comunidad. Si buscamos favorecer a un sector, es el más oportuno por aquello de que “a río revuelto ganancia de pescadores”. Por eso es  necesario reflexionar sobre lo que pensamos hacer. Primero hay que poner en claro qué se entiende por “libertad religiosa”. Si es “libertad de conciencia”, cómo se expresan los documentos de la Iglesia, significa que cada persona que habita en un determinado territorio es plenamente libre de practicar su religión en privado y en público. Nadie puede ser segregado, marginado por practicar su religión. Naturalmente si no pone en peligro el bien de la comunidad o no va contra principios emanados de la ley natural.  

Si es “equiparar todas las confesiones religiosas”, se necesita matizar más aún. En Argentina, que se declara católica, donde la fe católica impregna la cultura propia, siempre se han respetado las demás confesiones religiosas. A ninguno se lo ha perseguido por tal motivo. Al contrario, la que ha sufrido persecución religiosa ha sido exclusivamente la Iglesia Católica: desde la reforma de Rivadavia (influencia del Regalismo, del Iluminismo europeo, etc.), pasando por la persecución de fines del siglo XIX (liberalismo masónico que impuso la enseñanza laica, el matrimonio civil... contra la Iglesia Católica, etc. y terminó por expulsar al Nuncio Papal) y terminando con el año 1955, cuando no solo hubo incendio de iglesias, curias, etc. de Buenos Aires, sino que se encarceló a todos los sacerdotes de la Provincia. Son todos hechos de la historia que no es imposible que se repitan tal cual van las cosas. Y yo veo un capítulo en el proyecto de marras... Equiparar todas las religiones es renunciar a la identidad como país. Y en este momento sería fatal para la Argentina. (...) Cuando hablamos de “confesiones religiosas”, entendemos las iglesias cristianas, las comunidades tradicionales (hebrea, musulmana, etc). No las llamadas “sectas”, de reciente creación y de aún más reciente presencia en el territorio nacional. Al respecto cabe aquí una reminiscencia histórica. En 1958 participaba de un curso de Teología Pastoral. Y el profesor  -con documentación en la mano- nos mostró que en USA se estaban preparando 10.000 pastores para venir a América Latina. Y se nos recordaba la entrevista que tuvieran en Bariloche nuestro Perito Francisco Pascasio Moreno y el Doctor D. Roosevelt. Este último le dijo al perito Moreno: “América Latina conserva su unidad gracias al idioma español y a la Iglesia Católica. Si queremos dominarla, debemos deshacerla”. Este es el hecho histórico. Me pregunto ante la invasión de sectas... y luego, la consiguiente proliferación... ¿Vamos a seguir jugando al: “que la inocencia te valga”? (...) Se habla hoy mucho de los “derechos del niño”.(...) se trata de un niño. Y como niño hay que tratarlo. En uno de los artículos del proyecto se puede leer que “el derecho a la libertad religiosa afecta también a los menores que tienen uso de razón”. Por lo menos tal formulación es ambigua: un menor que tiene uso de razón tiene siete años cuanto más... ¿está en condiciones de optar por una confesión religiosa en contra de sus padres eventualmente? ¿y la patria potestad? ¿y la unidad de la familia? ¿no estamos poniendo una bomba contra la familia y contra la sociedad? Hay muchos otros puntos que son altamente cuestionables. Produce perplejidad la creación por parte de la Secretaría de Culto de un “Consejo Asesor”, cuyas atribuciones no se especifican con claridad: pero que puede llegar a ser una espada de Damocles. El Secretario de Culto hoy es Católico y representa a la mayoría de los argentinos. El día de mañana puede ser de cualquier otra religión (aún secta). ¿Con qué criterio elegirá a sus asesores? ¿qué atribuciones, qué representatividad tendrán dichos asesores?... Se puede convertir en una quinta columna que vaya destruyendo la identidad argentina. El proyecto de ley se está gestando, de hecho anulará  el Artículo 2º de la Constitución Nacional y va a producir más confusión y enfrentamiento de los que ya tenemos. La historia argentina, con los hechos, muestra que se ha respetado siempre a las personas de otras confesiones y que no ha sido causa de conflictos. Ciertamente, cuando los ha habido, la víctima ha sido siempre la Iglesia Católica, nunca la que los provocara. Creo que para producir una reforma que afecta a la identidad nacional éste es el momento menos oportuno. Tenemos demasiados problemas de todo orden. Y poner sobre el tapete el tema que nos ocupa y que tanta importancia tiene, es echar leña al fuego... Y si tal proyecto tiene su origen en presiones que vienen de afuera o de sectores ajenos a nuestra cultura, más razón para no acelerar su tratamiento. ¿O nos encontraremos “entre gallos y medianoche” que nos han cambiado la fisonomía de la patria argentina? Estamos en vísperas del 9 de Julio, aniversario de la declaración de la Independencia de las “Naciones Unidas del Río de la Plata” ¿recuerda Ud. que 1/3 de los congresales eran sacerdotes católicos? ¿que se dejó constancia que la independencia de España no significaba cortar con la raíz católica de la patria? ¿ que se declaró como patrona de la Independencia a Santa Rosa de Lima, la primera Santa americana? Creo que lo que está en juego es nuestra independencia. Que nos dejen ser lo que somos. Y seguiremos respetando a las personas que profesan otra religión. Pero que no nos impongan una igualdad que nos borra la identidad nacional. Que Buenos Aires respete al interior. Buenos Aires no es toda la Argentina.

Sabemos que existe un profundo malestar en un número creciente de obispos -en especial del interior del país- por las terribles consecuencias que tendría la aprobación de semejante “ley”. Algunos prelados por ahora, esperan atentamente un duro documento de la Conferencia Episcopal sobre el tema, otros tal vez no esperen más para hacerse oír. Incluso nos consta la existencia de serias preocupaciones en altas esferas vaticanas por la evolución de la cuestión.

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